Russell Gutiérrez/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Más allá del monumental papelón de la organización de las Grandes Ligas en el Clásico Mundial, que derivó en el anuncio fallido de que México jugaría un partido de desempate ante Italia, hay varias consideraciones qué hacer sobre el grupo jugado en Guadalajara por Puerto Rico (3-0), Venezuela (1-2), Italia (1-2) y México (1-2).
El sistema de desempate que tiene que ver con las carreras admitidas entre las entradas defendidas fue tan poco claro que durante el juego en el que México venció 11×9 a Venezuela y sus estrellas de las Grandes Ligas se anunció que con un triunfo por 2 carreras alcanzaba a los nuestros.
Incluso, la MLB hizo «oficial» el desempate México-Italia por el pase a la segunda ronda, que luego cambió por Italia-Venezuela. Qué oso.
El alto mando mexicano comandado por el manager Edgar González dijo que varias horas antes del juego solicitó 5 veces la explicación del desempate, que no obtuvo repuesta de la organización y dirigió pensando que bastaba con ganar por diferencia de 2.
Su hermano, el primera base Adrián González, explicó que si hubieran recibido una carrera más se hubieran dejado empatar para tratar de ganar por 2 en extra innings.
Algo no muy de acuerdo con el espíritu del juego, pero opción reglamentaria. Por cierto, México pudo tener una carrera extra que definiera en su favor el desempate en la novena entrada ante Venezuela pero el manager González, como toda la serie, no mandó tocar a Luis Alfonso «Cochito» Cruz, lo que hubiera derivado en anotación por lo que pasó después.
Los venezolanos jugaban esperando ese toque. Pero en un parque donde imperó la leña desapareciendo cualquier ventaja poco se intentó tocar.
Sin embargo, por el criterio de desempate, había que hacerlo. La dirección de González fue ampliamente criticada. Ahora bien, la primera ronda en Guadalajara fue de muy bajo nivel. Y no porque no hubiera buenos jugadores, al contrario, había grandes estrellas. El problema fue que la mayoría de ellos no estaban aún en su mejor forma.
En el béisbol la calidad la dicta el pitcheo y no lo hubo. En 3 juegos Venezuela se llevó 32 carreras, Italia 29 y México 28. Una exageración. Aun considerando que el estadio de los Charros sea un parque de bateo.
Curiosamente los 2 equipos que más carreras admitieron llegaron al juego extra. Incluso Venezuela fue noqueado y su único triunfo fue en extra innings. La (in)efectividad del pitcheo mexicano fue de casi 8 carreras limpias por juego, 7.96. Sus abridores tuvieron (in)efectividad de 7.50 y los relevistas de 8.36. Demasiado. Con todo y que por ser pocos juegos los números tiendan a subir o bajar mucho.
Además, México cometió 2 errores a la defensiva que tuvieron como consecuencia 5 grandes carreras sucias, definitorias. México permitió 9 carreras en las novenas entradas. El pitcheo mexicano recibió 41 hits, incluidos 8 homeruns. Esa combinación de factores y las carreras que no se anotaron por dirección y mal corrido de bases definieron.
El relevo no pudo mantener ventajas de 4×1, 7×4 y 9×5 ante Italia. A Venezuela le ganaban 8×1 y al final sólo terminaron arriba por 2. ¿Malos pitchers? No. Más bien fuera de nivel. No se puede hablar, como se trata, del evento más importante del beisbol si no van todos los mejores por preferir prepararse para la temporada de Grandes Ligas, si los que van no están en su mejor nivel y cuando existen por eso mismo reglas como el tope de lanzamientos.
La programación del evento es pésima y esto tiene que ver con su nivel. Cuando MLB está por empezar la vacilada de no tirar los 4 pitcheos en las bases intencionales para «ahorrar tiempo» los juegos de México duraron 3:39, 3:40 y 4:44 horas, todos en 9 innings. Entre los buenos bats mexicanos hay que destacar al ahora león de Yucatán, Esteban “Pony” Quiroz, quien bateó de 6-4 con 2 homeruns, un doble y 5 producidas pese a abandonar todos los juegos a la mitad por aún no estar físicamente al tope. Recibió 2 bases.
@sipse_air
