La ouija que nos llegó (izquierda) junto al artefacto más famoso que tenemos y que exhibimos desde hace algunos años.
Jorge Moreno/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- A principios del mes de diciembre del año pasado, un hombre con notable preocupación y temor acudió al Museo Paranormal de Yucatán para entregarnos una tabla ouija que le habían encomendado traer para realizarle un análisis después de las situaciones insólitas que desató en el domicilio donde había sido hallada.
Luego de una plática de apenas cinco minutos y sin habernos podido proporcionar mucha información al respecto, el hombre se despidió no sin antes facilitarnos el número de la dueña de la casa en donde el objeto afectó a la familia.
Días más tarde nos comunicamos con la señora, quien nos platicó acerca del origen del peculiar objeto y todos los acontecimientos raros que sucedieron en su domicilio.
En primera instancia, la señora señaló que era la segunda vez que veía ese objeto dentro de su morada: “la tabla llegó a mi casa hace 25 años, en aquel entonces yo tenía 15 años. Un primo que vivió unos meses con nosotros la había traído, estábamos emocionados y asustados a la vez, pero teníamos mucha inquietud por verla”, dijo.
De igual forma la mujer comentó que nunca jugaron con ella, debido a que la ficha que se utiliza para ir marcando las letras del tablero no la tenían, y en ese entonces nunca sucedió algo fuera de lo normal. Al poco tiempo de que su primo llevó la ouija, él se marchó hacia los Estados Unidos para reunirse con su familia, dejando el objeto olvidado dentro de la casa.
“Pasó el tiempo, pasaron veinticinco años para que volviera a saber de esa cosa, mis hijos fueron los que la encontraron, y con la inocencia de su edad, estaban sorprendidos y emocionados porque no sabían qué hacía dentro del cuarto de su abuela. La tomaron, limpiaron y se la mostraron a mi mamá, ella les dijo que no la tocaran y que esperaran a que yo llegara a la casa para que viera qué hacer. Ellos estaban sacudiendo y barriendo toda la casa, por eso fue que se toparon con la ouija”, señaló.
Y agrega: “Cuando me la mostraron les expliqué un poco acerca de ella y les pedí que no la tocaran ni mucho menos la usaran, pero no le di demasiada importancia, hasta que a mis hijos les empezaron a pasar cosas bien raras.”
A raíz de la aparición del peculiar objeto en el mes de septiembre, la mujer dijo que su hija empezó a sentir que alguien la espiaba dentro de la casa, incluso cuando ella se bañaba y dormía, estaba muy intranquila y con dificultad conciliaba el sueño, escuchaba voces muy extrañas y eso le provocaba severos dolores de cabeza, a su hijo casi no le ocurría nada, pero si tenía miedo por lo que le pasaba a su hermanita.
Estos hechos se los platicó a algunos de sus amigos y familiares, y fue una de estas personas quien le comentó de la existencia del Museo Paranormal y le sugirió traer la ouija para que sea analizada, ella le entregó el objeto al señor quien a su vez trajo la tabla a este sitio.
Es importante hacer mención que cuando un objeto llega al Museo, lo primero que hago es analizarlo físicamente. Al momento de tocar esta ouija pude notar que si está “curada” (activada) ya que la energía que emana se siente de inmediato y quizás eso fue lo que percibieron esos niños causándoles temor.
Tras realizarle otros estudios, se concluyó que sí es real y por ese motivo desde el mes de enero de este año se encuentra en exhibición en el Museo Paranormal, en el área en donde tenemos otro par de ouijas que nos han llegado en años anteriores.
El día que visites el Museo podrás conocerla y escuchar la explicación que dan los guías, aunque te reiteramos que no te pasará nada ni cargarás ninguna mala vibra ya que este objeto (junto con todos los demás), han sido desactivados para que nadie corra ningún tipo de peligro.
