Jorge Moreno/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Hoy les presento las experiencias paranormales o sobrenaturales que han vivido los propios lectores de esta sección y que me mandan a mi correo; hoy toca turno la “Historia para no dormir” de Mariela Larios Gorocica: “Que tal, déjenme decirles que me gustan mucho las historias de espantos y leyendas de Yucatán y esta región sureste del país, yo soy del Estado de México pero vivo en Mérida desde hace ocho años (por cuestiones de trabajo de mi esposo), yo, como muchas personas, soy como Santo Tomás, hasta no ver no creer y lo que les contaré sí lo creo porque me ocurrió a mí hace casi 12 años cuando vivíamos en Coyoacán”.
“Vivíamos en una casa propia que nos había heredado mi mamá, quien falleció años atrás; pues bien tras la muerte de mi tía (hermana de mi mamá) desalojaron su domicilio ya que era rentado y sus hijos, es decir mis primos, me dieron un ropero grande y antiguo que le había pertenecido a ella y que sabían que me gustaba mucho y aparte ellos no tenían espacio para tenerlo”.
“Los primeros siete días no hubo problema pero justo a los ocho días de su muerte (lo recuerdo bien porque fuimos a sus rezos), cuando llegamos a la casa y entré a mi habitación, de pronto mi esposo me dice ‘mira el ropero’, y notamos que se había movido, estaba a unos 15 centímetros de forma perpendicular en donde estaba, era imposible que alguien lo hubiera movido pues mis dos hijos me acompañaron al rezo y nadie mas se quedó en la casa”. “Aún usando la lógica no había explicación a que el ropero se moviera solo, pues es grande y no podría haberse deslizado, ese día tampoco tembló ni estaba en un sitio inclinado, a pesar de lo sorprendente del caso, mi marido lo puso como estaba antes y no le dimos mayor importancia”.
“Esa misma noche ya era de madrugada y desperté, escuché como si le hubieran dado un golpe a la puerta de madera, prendí de inmediato mi lámpara que está junto a mi cama y para mi sorpresa veo la puerta del ropero completamente abierta, lo que era imposible que se abriera sola ya que se traba y solo moviendo la manija podría quedar así”. “Desperté a mi marido, quien hasta estaba roncando, y él me asegura que no la había abierto, menos mis hijos ya que la puerta de la habitación estaba cerrada con seguro por dentro”.
“Para no hacerles largo el cuento esto pasó por cuatro noches seguidas, pero la número cinco ya fue de pesadilla pues no sólo nos despertó ese golpecito sino que además la puerta del ropero se aporreó muy fuerte en al menos dos ocasiones, de hecho lo alcanzamos a ver”.
“Hasta la muchacha del servicio ya nos había comentado que escuchaba golpes del ropero durante el día mientras hacía la limpieza y eso que ni yo ni mi marido le habíamos dicho nada a nadie para que no les dé miedo o no se sugestionen”. “Lo que viene a continuación es algo que quizás muchos no me crean o le vayan a buscar algo lógico, pero yo creo firmemente en eso por que lo vi”. “La siguiente noche volvió a aporrearse la puerta del ropero, yo me levanté y por instinto volví a revisar el interior del ropero, aunque ya lo había hecho todos los días previos lo hice como que por inercia, pues de pronto veo en el rincón del ropero, en donde no había puesto aún ropa ni nada una pequeña y desgastada foto, la saco y me doy cuenta que es una foto de mi difunta tía cuando estaba joven”.
“Enseguida recordé que esa foto estaba pegada en la parte interior del ropero pero en otro compartimento, le pregunté a mi marido y a mis hijos si ellos la habían arrancado o movido y me dijeron que no, coloqué la foto con cinta “masking tape” en el mismo sitio en donde estaba y a raíz de eso ya no volvió a pasar nada extraño con el ropero”.
¿Quién arrancó la foto? Aunque el tiempo pudiera haber hecho que el pegamento de la cinta se venciera y se despegara, esta no tendría porque aparecer en otro compartimento independiente del ropero. “Creo que de cierta forma era mi tía que quería decirnos algo, o quizás avisarnos de algo, hasta la fecha nunca supe qué pudo ser, a los pocos años el ropero se lo devolvimos a uno de sus hijos ya que nosotros nos mudamos a Mérida, pero me dicen mis parientes cuando han venido de vacaciones o yo he viajado, que a ellos les pasa exactamente lo mismo con el ropero y la foto aproximadamente cada año, justo en las fechas de su aniversario luctuoso”.
“Posiblemente mi tía quiera algo, pero lo difícil es saber qué, ya le han hecho misas, rosarios, etc, pero hasta el año pasado continuaba ocurriendo todo esto, espero que pronto pueda descansar en paz”, finalizó.
Cabe recordar que la “Gira Paranormal” estará en Acanceh mañana, en la Casa Ejidal (funciones 7:30 y 9:30 de la noche); recuerda que ahí también llevaremos los amuletos que la gente de este municipio y zonas aledañas han solicitado y si llevas tu ejemplar de De Peso, patrocinador oficial de este evento, te daremos un regalo sorpresa.