Una conversación de WhatsApp recuperada por la Policía en los teléfonos de Rautel “N” y su novia Vanessa “N”, ha permitido conocer la forma en que se pusieron de acuerdo tratando de ocultar la muerte de Ariadna Fernanda, a quien habrían asesinado a finales de octubre.
Según los análisis policiacos, los ahora acusados intentaron crear una versión distinta de los hechos para evadir la acción de la justicia, luego de enterarse de que había una denuncia por la desaparición de la joven.
Como se recordará, la última vez que se vio a Ariadna Alejandra fue la noche del 30 de octubre. Asistió a una reunión en un restaurante de la colonia Condesa en la Ciudad de México, ahí vio a Rautel, Vanessa y otras personas, para luego retirarse todos a un departamento del primero en la misma capital.
Las investigaciones de las autoridades han permitido confirmar que todos ellos entraron al departamento, pero luego se retiraron dejando sólo a ellos tres.
Una grabación de la cámara de seguridad del estacionamiento de los departamentos muestra que a las 10:27 de la mañana del 31 de octubre, Rautel caminó cargando a Ariadna, quien está presuntamente sin sentido. Posteriormente apareció muerta en Tepoztlán, Morelos.
Las investigaciones permitieron el arresto de Vanessa “N”, y tras ser señalado como sospechoso, Rautel “N” se entregó.
Como parte de las indagatorias se revisaron los celulares de la pareja, y se recuperaron mensajes de WhatsApp que habían sido borrados.
El 2 de noviembre, con el cuerpo de Ariadna en la morgue, sus presuntos feminicidas coordinaban una versión en la que aseguraban que la joven se había ido la noche del 30 de octubre de su casa, y evalúan si conviene decir si la víctima tomó un taxi o un Uber.
“Ya me mandó msj otro de sus amigos”, le dice ella a él, a las las 17:13 horas de ese día.
“Creo que el que sabe un poco más es Ernesto, o sea cosas como a qué hora se fue y en qué, o sea Uber o taxi. Que si les puedo compartir esa info”, agrega.
“Es que van a ir a meter denuncia. Y necesitan lo más de detalles que puedan”, insiste.
“Amorcito, me da miedo todo esto”, le responde finalmente él.
Vanessa continúa y dice: “Pero, amor, no es nuestra culpa. Ni va a ser contra ti, simplemente para saber por dónde buscar”. Ante esos Whatsapp, Rautel dice: “Pues estaremos de por medio”. “Sí, pero pues ya saben que fui la última que la vio”, señala ella.
“Qué hago”, le pregunta ella, a lo que Rautel contesta que “está bien que cooperemos, pero con cuidado en los detalles”. Ella dice entonces que “lo que me mandes de información es lo que les mandaré”.
Es entonces que Rautel le indica cuál será la versión que dirán: “Nos fuimos del Fisher’s como a las 6.30. Venían Ernesto, Anita, José, Puñe, yo y Ari. Estuvimos como en mi casa hasta las 9, todos se fueron (…) Debió de pedir su Uber como a esas horas, 9 de la noche. Pero nadie confirma que se haya subido al taxi”.
Vanessa comenta a su pareja en los mensajes que los amigos de Ariadna la hacen sentir mal. Uno de ellos, que lleva adelante la búsqueda de la joven, le pidió que solicitara a la seguridad del edificio los vídeos de las cámaras. Ella le responde que no se va a ver nada, porque los equipos no captan la imagen hasta la acera.
Esta solicitud desata incertidumbre en la pareja, que especula cuánto tiempo duran las grabaciones de las cámaras de seguridad antes de eliminarse automáticamente. Rautel asegura que sólo duran un día, pero se equivocó, pues la Policía consiguió las imágenes y su contundencia ha servido para mantenerle en prisión.
La acusada conversa en esos días con una persona registrada bajo la sigla AHS, supuestamente una amiga de Ariadna. Le envía a ella una foto de cómo iba vestida la víctima la noche de la desaparición para que puedan buscarla con su vestimenta.
Sobre lo sucedido le comenta: “Todos iban tomados, pero su seguridad Rautel no, entonces él debe saber más, a qué hora se fue y en qué se fue, sólo estoy esperando que me pasen su contacto para hablar con él”.
Las preguntas que le hacen a Vanessa sobre Ariadna comienzan a acorralarla, tanto que se contradice sobre las horas y el hecho de que se haya ido en un taxi. En una llamada con las amigas, Vanessa se desdice sobre el Uber, asegura que Ariadna no quería volver a su casa porque estaba peleada con su compañera de habitación, y que quizás se fue caminando.
Vanessa también asegura que Ariadna no contesta los mensajes porque se quedó sin batería. En otros mensajes que envió quiso sembrar la idea de que podría tratarse de un suicidio, y trata de disculpar su confusión diciendo que estaba alcoholizada.
El 3 de noviembre, también por WhatsApp, la pareja acuerda ir al velorio de Ariadna. Ahí, Rautel habla ante las cámaras y da la versión falsa de los hechos que luego las autoridades desmienten.
Esa noche, Vanessa le escribe a su novio para decirle que necesitan “un video o algo” que demuestre que ella salió viva del edificio, “ya que de puras palabras no servirá de nada”.
Preparan entonces un borrador con una publicación para hacer en redes sociales, que acompañarán con fotos de los tres juntos.
La última conversación tiene fecha del 4 de noviembre. Rautel le avisa que se encuentra con “Balckie”. Luego de eso ya no vuelven a hablar, al menos con esas líneas telefónicas.
Vanessa fue detenida dos días después, el 6 de noviembre, y Rautel se entregó después de que la Fiscalía de Ciudad de México les acusara de ser responsables de la muerte de Ariadna.
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