Agencias/De Peso
SAN LUIS POTOSÍ.- Jorge N. mató de un balazo en la cabeza a su esposa Tania Oliva de la Rosa, quien lo había abandonado, precisamente por temor a la violencia de ese sujeto, que la maltrataba y golpeaba todo el tiempo.
Durante meses, las autoridades de San Luis Potosí, donde se dio el caso, trajeron a la mujer dando vueltas y más vueltas luego de que ella puso la denuncia contra su esposo, y aunque llegó a acudir ensangrentada por las golpizas, no se hizo nada en contra del energúmeno.
Ahora, finalmente, está tras las rejas, sólo porque fue sometido por las personas que estaban cerca cuando cometió el asesinato de Tania, que fue en una fiesta de XV años y en presencia de sus dos hijas de 4 y 6 años de edad.
La mujer tenía 25 años de edad y vivía con sus hijas en una comunidad llamada San Lorenzo, en SLP. Estaba casada con el tal Jorge, y por los constantes maltratos, ella decidió denunciarlo y abandonarlo, yéndose a vivir a otro lado.
Desde ese momento, empezó el ir y venir para llevar todo lo que le pedían las autoridades en torno a su denuncia, trámites, papeles, y ella cumplía porque tenía miedo por ella y por sus hijos y confiaba en que la Ley la protegería.
En una de ésas, el sujeto la fue a ver, trató de obligarla a que regresaran, pero ella se negó, así que el tipo la golpeó y le disparó con un arma de fuego, pero sin lesionarla, aunque amenazó con matarla.
Ensangrentada, Tania acudió de nuevo a las autoridades, temiendo que su marido cumpliera lo que dijo, y nuevamente le dieron cinta para el 25 de enero de este año.
Sin embargo, nunca llegó porque el pasado 16 de enero Jorge la mató.
El crimen se dio en unos XV años de una sobrina de Tania. El tal Jorge se metió a la fiesta, la buscó, y cuando dio con ella le disparó a la cabeza, matándola en el acto y delante de sus hijas. Los invitados al festejo sometieron al asesino y lo entregaron a las autoridades.
La muerte de Tania ha despertado el coraje de colectivos y activistas que exigen justicia y critican el actuar de las autoridades que nunca le brindaron protección.
Asimismo, piden que el Gobierno se haga cargo de las niñas que quedaron en total desamparo, y viven en precaria condición con su abuela, sus tíos y tías en la comunidad de Santa Rita, y piden el apoyo suficiente para poder sacarlas adelante porque incluso se necesita construir más cuartos en la humilde vivienda familiar.
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