Un niño que estaba desesperado por no tener de qué comer en su casa, llamó al número de emergencias para pedirle ayuda.
A sus 11 años de edad, Miguel Barros dejó conmocionado a todo Brasil luego de informar a las autoridades que sus hermanos y su madre no tenían de qué comer.
“Señor policía… es porque no hay nada para comer en mi casa”, esas fueron las palabras de Miguel que hace una semana la alacena de su casa estaba vacía, pero ahora los paquetes de comida no caben en los estantes.
Al principio las autoridades creyeron que se trataba de un caso de negligencia, pero al llegar a la casa que dijo el menor, se percataron de que más bien se trataba de un caso común que lamentablemente se vive en Latino América.
Por lo que, los agentes que arribaron al lugar se fueron y al regresar volvieron con grandes bolsas llenas de mercancía y algunas donaciones del dueño de la tienda.
Rápidamente la historia de esta familia se viralizó y por consiguiente la ayuda de parte de los demás no dejó de llegar tanto de alimentos como de dinero.
Mientras tanto la madre de Miguel, identificada como Celia, dijo ser madre de ocho hijos, pero que dos de ellos ya no están con ella, también dijo que tenía 46 años de edad y que tuvo varios empleos, pero al llegar la pandemia los perdió.
“Sufrimos mucho. No lo olvidaré nunca, porque el hambre duele” dijo la Celia con su hijo menor en brazos. «Llegas al punto en que no puedes ni levantarte ni hacer nada… Miguel me vio desesperada y llorando, y decidió hacer lo que hizo. Y gracias a Dios ahí cambió todo», dijo Celia.
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