Enrique Castro/De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- Por meterse en el camino de un grandulón le dejaron el hocico como acordeón a un chafirete del gargajo verde ayer a las 5:30 de la madrugada, sobre la avenida 20 de Noviembre, en la supermanzana 76.
Muy acá iba conduciendo el cincuentón Florencio Gómez Gamas su alcancía rodante Mitsubishi Lancer, número económico 3644, placas 45-89-TRV, sobre la 20 de Noviembre.
Sin embargo, delante de él le estorbaba el camión de transporte de personal del hotel Royal Resorts, International Beccar blanco, engomado 400-RP-8, económico B-27 de la empresa Best Bus, que conducía Juan López Díaz, de 33 años, por lo que decidió rebasarlo por donde no debe, o sea la derecha.
Al realizar su osada maniobra en modo rápido y furioso a medio rebase vio una nave estacionada justo delante de él, y para evitar romperse todita la ‘malle’ dio el volantazo hacia la izquierda, pero para su mala fortuna se metió en el carril del bus, el cual le dio soberano llegue.
Del impacto fue proyectado hacia la guarnición del camellón donde se trepó, para acurrucarse como gatito meloso en el palo de un arbolito, como quedó finalmente.
A la llegada del perito de ‘trancholandia’ vio que ambos conductores hervían en un caldo de aguachiles, pues no querían reconocer su responsabilidad, por lo que les dijo que agarraran sus chivas y lo acompañaran a sus oficinas donde uno quedaría libre de pecado y otro tendría que ponerse rodilleras y cremita.
