Orville Peralta / De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- La noche estuvo bastante larga para los elementos de la Gendarmería, ya que unos pasaditos de lanza casi terminaron en las mazmorras del Centro de Retención de la Zona Hotelera gracias a la intervención de los gendarmes.
Estos animalitos de la creación se portaron mal y los ‘federicos’ se dieron tinta de su proceder, tal como pasó con dos vatos que tenían pinta de mala actitud y que hacían su despapaye sobre el Bulevar Kukulcán, cerca del hotel Oasis Cancún.
Los agentes fueron advertidos de que unos chamacones de los ‘yunaites’ agredieron a empleados del mencionado hotel, por lo que les metieron guante para que aprendan a que en su país pueden hacer lo que gusten, pero aquí se la ‘pellizcan’.
No había pasado mucho y ‘de nuez’ los gendarmes pararon oreja cuando les pasaron el ‘tip’ que un tipejo hacía su ‘desmóder’ porque estaba pateando un cajero, ahí por el kilómetro 12 y de volada le metieron guante, porque de por sí estaba alborotado, así que mejor jalaron con él pa’ que ya dejara de hacerla de emoción.
Todo transcurría perfecto cuando de pronto otra llamada de auxilio alarmó a los gendarmes, esta vez a las afueras del antro ‘Palazzo’, donde un vato le estaba dando en su ‘malle’ a la que le juró amor eterno.
Cayeron de sopetón los uniformados y lograron apañar al morro pasado de lanza, a quien metieron guante y al bote fue a dar porque en su casa jamás le enseñaron que a una mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa, a ver si la chamaca también abre los ojos y se da cuenta de lo ‘hombrecito’ que es su noviecito.
Finalmente, el último llamado ocurrió un poco más entrada la madrugada, solo que en el kilómetro 4, donde los agentes le marcaron el alto a un conductor que creyó que estaba en la Fórmula Uno, conduciendo a exceso de velocidad sobre el bulevar Kukulcán.
La neta es que el tipo iba con un compañero suyo y para acabarla de amolar en estado de ebriedad, así que acabó atorado y fue trasladado ante la autoridad correspondiente.