Luis Hernández / De Peso
CANCÚN, Q. Roo .- Del susto, su jefe llamó a los ‘curitos’ para que llegaran a ver qué ‘pex’ y luego de escuchar la versión, le revisaron el pie al morrito, quien por suerte no tenía nada grave, más que unos raspones. Los ‘angelitos sanadores’ le pusieron un curita y venda al chaval y quedó al 100. Mientras que al papá del niño, no le quedó de otra que poner carita de ‘ya ni pex’ y llevarse a su hijo caminando a su casa, pues al menos por unos días el niño no querrá subirse a la bici.