Luis Hernández / De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- Al Chamuco al parecer le afectó la entrada de la primavera, ayer despertó con hambre y se comió cinco palapas y empezaba a devorar un sexto domicilio en la supermanzana 230, pero los valientes bomberos entraron al quite y lograron controlar el infierno que se desató, en el cual tres personas resultaron con quemaduras.
El candente asunto inició a eso de las 12:30 de la tarde, cuando doña Miriam Margarita Castillo Loría, de 42 años, se encontraba quitada de la pena haciendo talacha en el interior de su jacal, ubicado en el lote 5 de la manzana 44 sobre la calle 83, cuando de repente vio que salía humo del cuarto de su hijo y en un abrir y cerrar de ojos todo ya estaba en llamas, por lo que en fa’ salió a pedir ayuda a sus vecinos.
En clave ‘que vengan los bomberos que me estoy quemando’ hizo su arribo triunfal el ‘kilo’ de ‘tragahumos’, ‘matutes’ y chalecos de Protección Civil para iniciar con el combate del incendio.
Tan hambriento andaba el Demonio que pronto empezó a regar el tepache hacia los lotes 6 y 4, donde también se quemaron palapas, mientras que el cantón marcado con el lote 3 solo tuvo algunos daños, ya que los ‘manguerudos’ empezaron a escupir a prisa para evitar que fuera devorado por las flamas.
Tras varios minutos de intensa lucha cuerpo a cuerpo con el mismísimo Lucifer, el Heroico Cuerpo de Bomberos logró controlar la situación, para ello se necesitó el apoyo de pipas particulares adicionales a las unidades 927, 919 y al carrobomba 939 para sofocar todo; paramédicos de la 911 llegaron para auxiliar a doña Margarita, quien sufrió una leve quemadura en la axila, de igual forma atendieron a Manuel Jesús Castillo Chel, de 76 añejos, por quemadura en antebrazo, y a Silvia Margarita Cocom, de 38, quien tuvo quemaduras de segundo grado en brazos y cara, todos ellos fueron trasladados al Hospital General para la atención de sus lesiones.
En el recuento de los daños, un Chevrolet Chevy blanco resultó con las láminas del costado derecho chamuscadas por radiación de calor, ya que se encontraba estacionado a un lado del domicilio donde se inició el incendio, que alcanzó proporciones infernales.
