Enrique Castro / De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- Con huellas de tortura y amarrado de pies y manos fue encontrado ayer a la 1:55 de la madrugada un sujeto sin vida, tirado sobre un camino de terracería ubicado entre el fraccionamiento Nikté y calle Obsidiana.
Un recolector de basura, con iniciales J.M.T., casi adelanta la ‘cantada’ mañanera pero en los calzones, pues estuvo a punto de tropezar con el cadáver de un sujeto que se encontraba tirado a un costado de la vereda en la que buscaba entre la basura objetos para vender en alguna recicladora.
El don al toparse con la dantesca escena salió corriendo del sitio y al ver a una patrulla les chismeó todito a los uniformados a bordo, negándose a proporcionar datos personales por temor a represalias.
Más rápidos que tortugas cansadas y con artritis, los ‘azules’ se dejaron caer en el lugar, donde encontraron el cadáver de una persona del sexo masculino tirado en la orilla de la brecha en posición decúbito ventral, es decir boca abajo, de 1.70 metros de estatura, cabello rizado, frente mediana, cejas semipobladas, ojos cafés claro, nariz chica de base ancha, boca mediana, labios delgados, mentón oval, vestía una playera negra de cuello redondo con un estampado en el frente con la leyenda “Made in the nineties, listening to punk rock”, pantalón de mezclilla azul y un cinturón de tela azul con blanco.
Luego de resguardar la zona con la famosa cinta amarilla, los ‘cuicos’ invitaron a la pachanga a los ministeriales, quienes al arribar y analizar la escena del crimen encontraron que el occiso presentaba golpes en ambos ojos, un surco equimotico incompleto en el cuello y sangre en la cara, tenía las manos amarradas hacia atrás con cinta industrial naranja, cinta canela y un cordón de plástico amarillo, de igual forma los pies los tenía encintados.
Los peritos criminalistas al recolectar evidencias en el sitio, inspeccionaron el cadáver y en el bolsillo trasero del pantalón encontraron un teléfono negro de la marca Samsung; el sujeto no portaba alguna identificación, por lo que hasta el cierre de esta edición permanecía en calidad de desconocido en la morgue, donde fue llevado para practicarle la necropsia de ley. Con este crimen el ejecutómetro crece a 106 en lo que va del año, cifra sin precedente en este destino turístico.
