Pedro Hernández / De Peso
CHETUMAL, Q. Roo.- El conductor de una alcancía rodante que andaba en la búsqueda de clientes a quien darles un buen servicio, no guardó la distancia obligatoria entre unidades y acabó por enterrar la ‘trompa’ de su nave en las ‘nachas’ de un Nissan Versa particular, piloteado por una damisela que llevaba a sus niños a la escuela.
A eso de las 7:15 de la mañana, Juan ‘N’, de 39 años, comenzaba a sentir cómo le escurría el sudor en las petacas buscando usuarios en la colonia Proterritorio, tras el volante del taxi Chevrolet Spark, número 193, engomado 87-46-TRS.
Sin embargo le pasaron el pitazo de que en la parte sur de la ciudad había muchos clientes potenciales, por lo que enfiló motores hacía esa zona y tomó la avenida Constituyentes del 74.
Juanelo andaba tan desesperado que aceleraba su nave, pero al llegar al cruce con la avenida Erick Paolo Martínez se estrelló contra la parte posterior del Nissan Versa gris, matrícula UVA-435-C, cuya conductora Lucía ‘V’, de 30 años, disminuyó la velocidad de su vehículo debido a que delante de ella se había formado un congestionamiento vial.
Al Versa se le daño la facia, la cajuela y el chasís, mientras que al taxi se le averió la parte frontal.
La aseguradora del taxista se hizo responsable de los daños, pero eso no evitó que Juan fuera infraccionado por conducir sin precaución.