Jorge Uc / De Peso
CHETUMAL, Q. Roo.- Quincuagenario fue localizado más frío que un ‘bonais’, ayer al mediodía, en una vivienda situada en la colonia Adolfo López Mateos, el cual tenía de cuatro a cinco días de haber fallecido y presentaba desprendimiento de piel debido a los ‘picotazos’ que le dieron sus aves de corral; preliminarmente fue identificado como Ismael Hernández, de 51 años, alias ‘El Pozolero’.
Un vecino que ya tenía un buen rato de no escuchar cantar a ‘El Pozolero’ como lo conocía, se dio cuenta que el triciclo y uno de sus perros estaba amarrado afuera, por lo que decidió indagar y cuando se asomó sintió un hedor muy fuerte, por lo que mejor decidió pedir apoyo al número de emergencias.
Al lugar del oloroso hecho llegaron policías estatales, quienes ingresaron y sus ojitos pizpiretos descubrieron el cuerpo del infortunado hombre, quien estaba boca abajo, encima de una roca de regular tamaño, bien tieso porque tenía días de haber colgado los tenis, por lo que de volada acordonaron el acceso y pidieron la intervención de los policías ministeriales y peritos forenses.
Más tardecito y quemando llanta, apareció el titipuchal de agentes ministeriales, pero solo los de procesamiento y peritos forenses pudieron ingresar al lugar para revisar el cuerpo y buscar posibles huellas de violencia, para determinar si se trató de un homicidio o muerte natural.
Incluso no tardaron mucho, pero sí comentaron los peritos que es imposible determinar si fue asesinado porque tenía el rostro desfigurado, y presentaba varias heridas en distintas partes del cuerpo, pero por lo ‘picotazos’ que le dieron sus aves de corral, ya que había como 40 en el patio y alrededor del occiso.
El cuerpo de Ismael Hernández fue llevado al anfiteatro para realizarle la necropsia de rigor y determinar la causa de su fallecimiento; según narraron los vecinos, era una persona muy tranquila que se dedicaba a recolectar material reciclable y vendía jugos, aunque durante muchos años vendió pozol, de ahí su peculiar apodo de ‘El Pozolero’, quien por desgracia tuvo una fea forma de morir.
