Saltó de universitaria a ser ‘La Reina del Pacífico’ en el narco

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Se trata de Sandra Ávila Beltrán, una mujer bella y peligrosa a la vez.

Agencia
COLIMA.- Una de las mujeres más conocidas en el mundo del narcotráfico mexicano es Sandra Ávila Beltrán, alias ‘La Reina de Pacífico’, quien dejó el aula universitaria para convertirse en una de las ‘pesadas’ de las ‘drogas’.

«De estatura media, apenas morena, sus grandes pechos sugerían un cuerpo impetuoso. Desde su cintura, las líneas de Sandra Ávila correspondían a la imagen de una mujer en plenitud», escribió el periodista Julio Scherer en el libro La Reina del Pacífico: es la hora de contar.

El atractivo singular de Sandra Ávila Beltrán no pasó desapercibido para el periodista, quien fue uno de los más reconocidos en el país.

Él fue el primer comunicador que logró entrevistar a «La Reina del Pacífico», apodo que le pusieron los medios de comunicación a Ávila Beltrán.

Ella nació en la meca del narcotráfico mexicano: Sinaloa. Su tío es Miguel Ángel Félix Gallardo, «El Padrino», uno de los grandes capos en los años 80 y uno de los fundadores del imperio de la droga en México.

Pocas cosas se saben de ella. Una de ellas es que se inscribió en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) para estudiar la carrera de Ciencias de la Comunicación. Sus compañeros la describieron como una mujer ostentosa, que siempre portaba joyas, a la que incluso le tenían miedo, pues cumplía con el perfil de las mujeres involucradas en el narco.

Un día la policía encontró más de nueve toneladas de cocaína en un barco en el puerto Pacífico de Manzanillo, en Colima. El hallazgo derivó en la detención de Ávila Beltrán el 28 de septiembre de 2007. Ese día también fue detenido Juan Diego Espinoza, alias «El Tigre», quien era operador del cártel del Norte del Valle de Colombia y pareja sentimental de «La Reina del Pacífico».

Antes estuvo casada con dos comandantes de la policía que con el tiempo se convirtieron en traficantes. Ambos terminaron siendo asesinados por matones a sueldo.

Tras varias negociaciones, Ávila Beltrán se declaró culpable de haber asistido económicamente a su pareja, «El Tigre», y fue condenada a 70 meses de prisión, pero esta fue reducida y el 20 de agosto de 2013 cumplió su sentencia, por lo que meses después recuperó su libertad.

Su inteligencia para los negocios y sus movimientos tranquilos fueron interpretados por la policía como claves para su ascenso en el mundo de la droga. Pero tampoco pudieron negar el poder de su físico.

Con información de Infobae.

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