Rollo: Jorge Moreno
El mes de abril tuvimos la oportunidad de entrevistar a una persona que responde al nombre de Luis Ahumada Medarte, quien radica en Mérida desde hace poco más de 20 años, pero nació en México, D.F.
El Sr. Ahumada, se comunicó con nosotros para contar su experiencia paranormal para que sirva como ejemplo de lo que no se debe hacer. A continuación, la entrevista:
“Cuando vivía en el D.F., me porté al principio muy indiferente en cuanto a la educación de mis hijos, pensé que mientras yo checara que no bebieran o no fumaran era suficiente, pero hay otros males igual o peor de terribles”.
“Lo que pasa que uno de mis hijos, en ese entonces de 16 años se empezó a juntar con otros jóvenes que aunque es cierto que no tomaban ni fumaban, eran parte de una secta satánica, una secta que poco a poco fue seduciendo a mi hijo hasta que este empezó a formar parte de ella”.
Fue muy difícil, cuando me di cuenta ya tenía como cuatro meses ahí, su comportamiento no varió mucho al principio, son unos profesionales en el DF pues a través de técnicas psicológicas les lavan el cerebro poco a poco hasta que ellos mismos se creen que hay que adorar al demonio y a la Santa Muerte.
Al parecer el objetivo de estos es reclutar en su mayoría a jóvenes para que estos realicen adoraciones al demonio y participen en rituales y sacrificios pues supuestamente mientras más adoración de más gente haya, más fuerte se hace.
No se ni como pero cuando mi hijo por alguna razón se quiso salir a este empezaron a sucederle muchas cosas extrañas y accidentes, estoy casi seguro que ellos los de esa secta lo provocaron, fíjese que como a los dos meses de esto, mi hijo acabó ahorcándose en un árbol de un parque; fue muy comentado, mi esposa no soportó ver a su hijo muerto y además su foto en varios periódicos y entró en una depresión que la hizo perder el habla por seis meses.
Casualidad o no, pero en menos de una quincena perdí mi trabajo, al igual que mi otra hija la mayor y a mi hijo menor lo expulsaron sin ninguna razón de la secundaria y a menos de dos días tuvo un accidente de auto, (se salió de la carretera) y perdió la pierna.
Por si fuera poco todo esto, de pronto empezamos a ver una silueta obscura en el interior de la casa y se escuchaba una risa macabra o diabólica, fue terrible lo que vivimos la verdad no se lo deseo a nadie.
Yo ya no tenía fuerzas para luchar y decidimos venirnos a Mérida, pues tenemos unos amigos aquí y así decidimos empezar de nuevo. Pero eso sí, cuido muy bien a mis hijos y platico mucho con ellos pues me moriría si les pasara algo. He leído que aquí en Yucatán aunque poco, hay ciertos adoradores de sectas, pero yo le quiero decir a todos los padres de familia que se cuiden y cuiden a sus hijos que no dejen que se metan en estas cosas, el mal y la brujería si existen, chequen bien sus amistades.
Agradecemos a don Luis que nos haya confiado lo que vivió hace varios años y esperemos que le sirva a los jóvenes y a los padres de familia en algo.
