Redacción/SIPSE
COZUMEL, Q. Roo.- De los 499 casos acumulados de personas infectadas por Covid-19 en Cozumel, 104 (21%) han fallecido a consecuencia de las complicaciones de esta enfermedad, según datos de la Secretaría de Salud del Estado de Quintana Roo (Sesa).
La cifra coloca a la isla como el cuarto lugar de los 11 municipios de la entidad en el número de muertes. A una semana de las celebraciones de la Nochebuena, y ante el relajamiento de la población para aplicar las medidas sanitarias, el Comité de Salud municipal exhorta a retomarlas para no registrar un repunte de casos.
Saúl Enrique Burgos Pat, subdirector de Salud y miembro de este comité, ha manifestado que este año los rebrotes en el número de pacientes se dieron después de las celebraciones del Día de la Madre y el padre.
Reuniones son puntos clave de rebrote
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha advertido que las reuniones familiares y con amigos, representan uno de los principales focos de contagios del SARS-CoV-2, virus que se contagia de persona a persona por la vía respiratoria y a través de “aerosoles”, gotitas microscópicas de saliva que se producen al hablar y gritar, riesgo que aumenta al permanecer en espacios cerrados.
Burgos Pat fue cuestionado sobre si el 21% de las muertes es un porcentaje alto, medio o bajo para el municipio con una población cercana a los 100 mil habitantes.
El funcionario evadió responder a la pregunta directa. Sin embargo, el Comunicado Técnico Diario de la Sesa indica que hasta el mediodía del 15 de diciembre, Cozumel supera en porcentaje a los tres municipios que se colocan en los tres primeros lugares en el número de defunciones.
El detalle de este comunicado plasma que el municipio de Benito Juárez registró hasta ese momento mil 253 muertes, 18% de los contagios confirmados; Othón P. Blanco con 226 y un 6% de decesos y Solidaridad con 223 fallecimientos que representan un 12% de las personas que enfermaron. En Cozumel las autoridades comenzaron a alertar de la posibilidad de un incremento en los casos desde finales de noviembre, ante la cercanía de las fiestas religiosas y de fin de año, siendo estas últimas las de mayor riesgo.