Seis de cada 10 quintanarroenses mayores de 16 años sufren de procrastinación nocturna e insomnio, lo que afecta negativamente su calidad de vida y desempeño laboral.
De acuerdo con datos del Sector Salud, este tipo de trastorno se da por dos principales razones:
- la necesidad de posponer el descanso nocturno para realizar actividades que no pudieron ser atendidas durante la jornada diurna, y
- la predisposición de los jóvenes a disfrutar de la vida nocturna de la entidad.
“En las encuestas que se realizaron siete de cada 10 jóvenes duermen apenas cinco horas al día en promedio. Cuando les preguntamos la razón, respondieron que es porque prefirieron salir a un bar con los amigos o acudir a una fiesta privada, tres o hasta cuatro veces a la semana”,
declaró Carla Buenfil Díaz, psicóloga y quien formó parte de un estudio reciente sobre la procrastinación nocturna en la entidad.
Detalla que la mayoría de quienes llevan este estilo de vida habitan en Playa del Carmen, Cancún, Tulum y Puerto Morelos; ciudades turísticas que se caracterizan por una intensa actividad nocturna para entretenimiento de los turistas.
“Tenemos que tener en consideración que 67% de los jóvenes de la entidad viven en esas zonas turísticas y trabajan precisamente en esos bares y centros nocturnos, así que para ellos se volvió común el no descansar de noche”,
declaró la experta.
Sacrifican el dormir para hacer labores en casa
Pero también está otro tipo de procrastinación: la realizada por las personas mayores de 30 años que deciden posponer su sueño porque sus largas jornadas laborales impiden que realicen ciertas actividades.
“Seis de cada 10 habitantes de los municipios del norte de la entidad comentaron que por sus tiempos de transporte y trabajo; se encuentran fuera de sus hogares desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. Así que al llegar a sus casas se esmeran en realizar actividades pospuestas como la limpieza del hogar, lo que retrasa su descanso”,
puntualizó.
La psicóloga laboral y especialista del despacho Servicios Integrales en Psicología, Carmen Ramírez, explicó que la falta de sueño y descanso –en cualquiera de sus formas– mata 30% de la productividad del personal, “por lo menos”.
Además, provoca altos niveles de estrés, cansancio físico y mental, e irritabilidad y cuando esto se vuelve un hábito, comienzan los episodios de presión arterial alta, parálisis facial, gastritis, colitis nerviosa y, en casos graves, todo esto se puede combinar con otras presiones como los problemas de dinero y mala alimentación.
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