Ayer, por la tardecita, un vato quedó bien madrificado por los vecinos de la supermanzana 102 de Cancún después de que lo cacharon robando. Con cara de pocos amigos, se levantó como pudo y se fue a su cantón a reflexionar sobre sus decisiones de vida.
Todo esto pasó a eso de las 19 horas del martes, cuando alguien marcó al 911 para reportar que estaban tundiendo a un sujeto entre las calles 42 Poniente y 141 Norte, cerquita de la avenida Miguel Hidalgo.
Resulta que el cuate, vestido con una playera azul marino, pantalón negro y zapatos cafés, andaba en su bici y lo cacharon en plena faena, robándole las pertenencias a una persona. Los vecinos, sin pensarlo dos veces, decidieron darle una buena dosis de “manoterapia” para que aprendiera a no andar de ratero por su barrio. Le dieron una tunda de esas que no se olvidan y lo dejaron tirado en medio de la calle. Asimismo, un taxista que se enteró del chisme, llegó al lugar y se desquitó con el malandrín sus traumas de la infancia.
Lo curioso es que, a pesar del reporte al 911, no se apareció ni una sola patrulla. Así que el ladrón, todo aporreado y con sus ideas bien acomodadas, se levantó como pudo, agarró sus chivas y se fue del sitio a reflexionar sobre su fallida carrera delictiva.
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