Enrique Castro / De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- Chafirete del moco verde que cumplía con sus responsabilidades de ir a buscar a sus hijos para llevarlos a la escuela muy temprano, a bordo de su cochinito rodante Nissan Tsuru con plaquetas 22-31-TRU y económico 2650, hacía su alto momentáneo al marcarle luz roja el semáforo en el cruce de las avenidas López Portillo y Nichupté.
De pronto sintió que el chico se le hacía grande porque un hijo de su mal dormir, aparentemente al pestañear al volante por conducir en estado de putrefacción etílica su Peugeot negro, láminas UVB-203-C, se ensartó en la retaguardia de su ‘cuatro letras’ dejándolo bien arrugado de las ‘nachas’.
Afortunadamente para el chafirete, solo resultó zarandeado del pescuezo; pero al ver esto y como bien dicen que no hay borracho que coma candela, el ‘chofi’ del Peugeot -de quien se ignora sus generales- de volada agarró la documentación que lo comprometiera y se dio a la fuga dejando abandonado su vehículo todo dado en la ‘malle’.
A la llegada del perito de ‘trancholandia’ y ver que ya estaba desplumado el carro del responsable, no le quedó más remedio que remolcarlo al temido corralejo, a ver si se presenta el propietario pa’ que se haga cargo del pago de los daños del taxi.
