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Como si fuera ayer: ya no son el futuro, son el presente

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Como si fuera ayer: ya no son el futuro, son el presente
Columna Como si fuera ayer de Celia Franco: ya no son el futuro, son el presente

Celia V. Franco C./De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- No conozco a alguien que durante su infancia no soñara con ser joven y por fin libre, hacer lo que quisiera sin necesidad de dar explicaciones en su casa, trabajar en lo que le gustara, tener una pareja con quien compartir. Ya sabe, esa vida feliz que venden las caricaturas.

Con el paso del tiempo, el sueño fue cambiando, las chavas ya no suspiraban con encontrar al príncipe azul y casarse con él, para después ser felices por siempre. En algún punto volteamos a ver a nuestros padres y nos dimos cuenta que eso no existe.

Entonces comenzó ese boom por ser la mujer independiente que alcanzaría su felicidad a base de esfuerzo, estudios y trabajo; los hijos quedaron en segundo plano, en su lugar se prefería conseguir un carro, una casa, ropa a la moda, acudir a conciertos, salir a pasear, viajar. Claro que eso tampoco funcionó, nos percatamos que solas nos podemos hacer las cosas y que lo material no asegura la felicidad.

Nos encontramos en ese punto en el que los jóvenes, tanto chavas como chavos, ya no se desesperan por salir de la casa de sus padres, prefieren terminar sus estudios para luego volar, tal vez conseguir una beca y completar sus grados académicos en otros países.

La boda de ensueño ya no es para todas (ni para todos), antes de dar el gran paso muchos prefieren irse a vivir con la pareja para probar si los caracteres se acoplan, conocerse a fondo, en los mejores y en los peores momentos, calar a la nueva familia para saber si se podrá convivir con sus miembros el resto de sus vidas.

Los jóvenes se han hecho notar, ya no son el futuro de México, han dejado claro que son el presente; cada vez es más normal saber que ocupan puestos de directivos en las grandes empresas, son quienes se encargan de ejecutar estrategias que mantienen los negocios funcionando y creciendo.

En la política tampoco se quedan rezagados. El partido que ha sido apuntado por la sociedad por mantener “dinosaurios” en altos puestos cupulares, hace unas semanas, durante su asamblea nacional aprobó que de cada tres candidatos de elección popular, uno sea menor de 35 años.

Con eso queda claro que México es un país joven, un país en crecimiento, pero no hay que perder de vista que si bien tienen ánimo, fuerza y empuje, han crecido con la tecnología, estudiado sobre los errores de otros países, al final de cuentas las generaciones de adultos son quienes los han educado. ¿Recibieron buenos ejemplos?

Si bien los chavos tienen una forma muy peculiar de hacer las cosas, no estaría bien dejarlos solos, hay que hacer lo posible para que no olviden los valores que nos hacen tan mexicanos.

En este mes de la juventud que acaba de terminar, ¿en verdad los reconocimos como deberíamos?, ¿hemos puesto las bases para que caminen con seguridad?, ¿estaremos tranquilos con el camino que les abrimos?

 

 

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