Redacción / De Peso
CHETUMAL, Q. Roo.- El poblado de Nicolás Bravo se tiñó de sangre ayer poco después de las 9:00 de la noche, cuando un balazo le arrancó la vida al policía estatal Fermín López Martínez, de 61 años, quien estaba en su día de descanso; los lamentables hechos ocurrieron así…
A las 9:40 de la noche arribó a la partida policial de Nicolás Bravo una persona identificada como Yaryi Obeñel Escobar Ortiz, de 26 años de edad, para informar a la ‘liga de la justicia’ que había una persona lesionada con arma de fuego sobre las calles Javier Rojo Gómez con Justo Sierra y Miguel Hidalgo.
Más rápido que una tortuga, más fuerte que un ratón, los ‘polis’ las movieron como anoche y tomaron rumbo hacia la dirección mencionada, donde entrevistaron a la señora Marián Haydé Ortiz Catalán, de 40 años, quien desconsolada les informó que su pareja sentimental, el ahora occiso, se llamaba Fermín López Martínez, con domicilio en la ciudad de Chetumal, quien había ido a visitarla por ser su día de descanso.
La doña explicó que fue su hijo Jairo Escobar Ortiz, de 21 años, quien le disparó a Fermín cuando ella y él estaban juntos porque ya tenían rencillas. Al describir cómo fue el artero crimen, la mujer señaló que su hijo entró por la puerta de atrás y le disparó al fallecido, logrando lesionarlo de manera mortal en la tetilla del lado derecho y ahí quedó, tirado en el piso del domicilio.
