El descenso de las temperaturas en la zona maya ha llevado a un incremento en las actividades relacionadas con el fuego, como la preparación de fogatas y el uso de agua caliente para bañarse, lo que aumenta el riesgo de quemaduras térmicas en niños, jóvenes y adultos.
Ángel Sulub Hernández, jefe de Protección Civil, alertó a la población sobre estas prácticas comunes durante la temporada invernal y destacó la importancia de tomar medidas preventivas para evitar accidentes.
“Es natural que las familias busquen maneras de protegerse del frío, pero el uso de fogatas, anafres y calentadores improvisados puede ser muy peligroso si no se maneja con cuidado. En el caso del agua caliente, muchos hogares carecen de reguladores adecuados, lo que puede ocasionar quemaduras graves, especialmente en los niños”, señaló,Sulub Hernández.
Recomendó a las familias supervisar a los menores de edad en todo momento cuando estén cerca de fogatas o calentadores, y evitar el uso de combustibles inflamables para avivar el fuego, asimismo, pidió extremar precauciones al manipular agua hirviendo o recipientes calientes, utilizando utensilios adecuados y asegurándose de que no haya niños cerca.
De acuerdo con el área de Protección Civil, cada año se registran incidentes de quemaduras en la región debido a descuidos relacionados con estas prácticas, tan sólo el año pasado fueron cinco, ñ los casos involucra a menores que sufren lesiones al acercarse demasiado a las fuentes de calor.
Edwar Aguilar Tun jefe de la Dirección Salud municipal, aseguró que efectivamente tras las bajas temperaturas la ciudadanía de manera natural realiza ese tipo de actividades para combatir el frío, sin embargo, indicó que puede ser riesgoso cuando no se tienen las precauciones necesarias para evitar cualquier problemática.
Agregó que existen cuatro tipos de quemaduras, diferenciados de acuerdo a su gravedad; primer grado esta sólo afecta a la capa más externa de la piel y sus síntomas son hinchazón de la piel, sequedad, enrojecimiento y dolor; segundo grado lesionan la epidermis y una porción de la dermis y repercute en hinchazón, ampollas, dolor, enrojecimiento, entre otras.
Señaló que las quemadura de tercer grado destruye por completo las primeras capas de la piel “la epidermis y la dermis”, además destruyen las terminaciones nerviosas y también pueden llegar a afectar a los huesos, tendones o músculos; cuarto grado: dañan a los huesos y músculos.
“Estos podrían los tipos de quemaduras que podrían derivarse de la energía eléctrica, química y térmicas, está última es la más propicia en nuestro municipio debido a la exposición que tienen las personas con líquidos hirviendo”, expuso, el entrevistado.
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