Embarrado… pero de chapopote

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Solo Dios sabe qué sustancia metió Alberto para quedar en este deplorable estado y lleno de chapopote.

Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Quién sabe qué bicho le picó a Alberto T. M., o quién sabe qué trago se echó, pues ayer por la mañana estaba bien acelerado en calles del Centro de Mérida.

Tanto así que se lanzó al paso de un camión en movimiento, y poquito faltó para que se convirtiera en fiambre, pero nomás quedó con una tremenda herida en la maceta y se embarró todito de chapopote, que era lo que cargaba el vehículo propiedad del Ayuntamiento de Mérida.

La historia de este caso inició ayer en la calle 60 entre 63 y 65, cuando Alberto estaba en la banqueta con un comportamiento errático, según testigos de los hechos, muy acelerado, bien lurias, y de pronto pasó sobre la 60 de sur a norte un camión de Obras Públicas del Ayuntamiento, de placas YU1771A, manejado por Mario H., y para espanto de todo mundo, Alberto se lanzó hacia las llantas de la nave, buscando verse cara a cara con la Huesuda, pero se quedó con las ganas pues el conductor alcanzó a frenar a tiempo y no lo embarró en el pavimento.

Sin embargo, una cubeta con restos de chapopote que estaba colgada del lado izquierdo del camión alcanzó a golpear al lurias en la maceta, dejándole una alcancía además de que lo bañó del ya mencionado chapopote.

El vehículo se detuvo a la derecha y agentes de la Policía Municipal llegaron de volada para ver qué onda con el tipo loco. Lo primero que se hizo fue revisarlo.

Paramédicos lo checaron y tuvo leves golpes, pero lo más feo era la lesión en la cabeza, misma que le curaron de volada.

Sin embargo, no se le podía dejar en la calle pues estaba muy atacado, además de que, según se supo, era el segundo intento que realizaba por ser atropellado.

Se procedió entonces a cargar con él en una camioneta policiaca y mandarlo a la cárcel hasta que expulse por completo todo rastro de tóxicos en el cuerpo.

 

 

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