Don Gil fue «picoteado» por su hijo de 14 años, para defender a su mamá de la madrixa que le estaban dando.
Redacción/De Peso
TETIZ, Yucatán.- Cansados del maltrato psicológico y golpes físicos que le propinaba su papá a su madre, sus hijos salieron en defensa de su progenitora y uno de ellos agarró un arma blanca para desquitar su ira y lanzar tajos y «piquetes» a su padre, Gilberto Canché Pech, en sangriento suceso ocurrido la noche del sábado en un predio de la calle 25 por 24 y 26 del sector San Lucas.
Poco después de las 10 de la noche Canché Pech (a) «Gil», llegó alcoholizado a su casa y como es costumbre mentando madres y soltando de golpes a su esposa Nelvi Cuxim Ek.
Al principio, sus dos hijos, ya grandecitos, le decían a su viejo que se calmara, pero éstos también fueron agredidos por el mal padre.
Fue entonces que entró al quite su vástago W.A.C.C., de 17 años, a su vez el otro menor G.J.C.C de 14, harto de la paliza que le daban a su hermano corrió y tomó un arma punzocortante de la cocina para soltar tajos a su papá en varias partes del cuerpo, mientras el otro más pequeño estupefacto lloraba ante la escena.
Ante la desgarradora escena, la señora Nelvi salió corriendo y pidió auxilio a los vecinos para que llamaran a la Policía Municipal.
De inmediato arribaron los uniformados de Tetiz para trasladar primero a Gilberto al IMSS de Hunucmá, así como a los tres menores para su revisión con un médico particular, junto con su mamá.
Sin embargo, la señora afectada pidió al doctor y autoridades que no trascendiera el hecho, además de que no pondría denuncia.
Incluso el reportero, avisado por los vecinos del rumbo, acudió ayer por la tarde para tomar más datos, pero uno de los parientes que vive a lado dijo cortante: «aquí no pasó nada».
Sin embargo, como huella del hecho, había un tremendo charco seco de sangre en medio de la calle, frente al domicilio.
Los colonos dijeron a De Peso que en ese hogar desde hace rato existe grave violencia intrafamiliar ocasionado por don Gil, quien esa misma noche se desvaneció por las lesiones en plena vía pública.
Por último, el adolescente G.J., sollozando, contó al enfermero que su intención no era matar a su papá, sólo quería que se tranquilizara.
De milagro está vivo Gilberto, pues recibió tres piquetes en la cabeza, uno en la garganta, además de un tajo en la axila y pierna. Al parecer las heridas no fueron de gravedad.
Se espera que con este drama el señor escarmiente y deje de agredir a su doña.
Don Gil se encuentra hospitalizado en el hospital Agustín O’Horán de Mérida. A ver si las autoridades correspondientes toman cartas en el asunto.
