Velador cuidó a niña fantasma que esperaba a su mamá, en Mérida

InicioLa Vacilada¡Uy, qué mello!Velador cuidó a niña fantasma que esperaba a su mamá, en Mérida

Durante años el velador del cementerio cuidó de la pequeña y de su muñeca, hasta que la madre murió y se la llevó.

Jorge Moreno/ De Peso
MÉRIDA.- Se cuentan muchas historias y relatos paranormales ocurridos en los cementerios de muchas ciudades, y aunque algunos casos pueden parecer casi idénticos, esto no significa que no hayan ocurrido en realidad.

El relato que les presentamos hoy, ocurrió a finales de los años setentas en el Cementerio General de Mérida; últimamente, han circulado historias muy parecidas en Internet, pero nos consta que el origen de este caso viene de aquí:

Lo que a continuación relataremos le pasó a don Juan, velador ya jubilado (vive en la colonia Mulsay), quien en aquellos años era joven; en una ocasión vio el entierro de una niña que le dio mucha tristeza por el dolor y llanto de la madre, cuando se despidieron le decía al féretro: “No tengas miedo, un día me reuniré contigo mi amor”.

Cuando ya se iban, la madre llamó a Juan y le dijo que le encargaba mucho la tumba de su hija, que le había dejado una muñeca y que por favor la cuidara. Cuenta que al día siguiente se levantó temprano a barrer la entrada del panteón y vio la muñeca en una banca; entonces, la agarró y la llevó a su lugar.

Así pasó por varios días, hasta que una noche decidió vigilar la tumba para ver qué pasaba y pudo darse cuenta de cómo el fantasma de la niñita se levantaba y tomaba su muñeca, caminaba lentamente y se sentaba en la banca donde siempre aparecía la muñeca a la mañana siguiente.

Don Juan se impactó pero no se asustó, no le dio temor alguno ya que la vio como un angelito. Al tercer día de ver esto, el velador se animó y siguió a la niña, se atrevió a acercarse y le pregunto:
-¿Qué haces aquí?
La niña le contestó:
-Espero a mi mamita, ella dijo que un día vendría.

Así pasaron muchos años, el velador se acostumbró a ver ese pequeño fantasma.

Una noche, escuchó que tocaban la puerta del cuartito en donde se quedaba, era la niñita y le dijo:

Te vengo a dar las gracias por cuidarme todos estos años, ya no estaré sola, en dos días vendrá mi madre-, y se despidió.

Y justo a los dos días llegaron con un féretro, era la madre de la niña que había fallecido.

En ese momento ya no sólo fue la sorpresa de saber que hablaba con una niña fantasma, sino también el hecho de cómo el alma en pena de esta niña supo que su madre moriría, ya que al parecer la aparición de la menor fue un miércoles por la noche y la madre falleció en un accidente el jueves por la mañana.

Según me platicó don Juan, esa es la experiencia más macabra que vivió en los más de 20 años que laboró ahí en el Cementerio General de Mérida.

Con información de De Peso Yucatán.

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