Niños fantasmas atemorizan en el panteón de Ticul, Yucatán

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Se trataba del espíritu de una niña que jugaba en la calle donde murió, y ya entrada la noche, se iba en tricitaxi al panteón.

Redacción/ Jorge Moreno
YUCATÁN.- El cementerio de Ticul es uno de los más grandes y antiguos de toda la Península de Yucatán, y el caso más remoto que me ha tocado investigar data de principios del siglo pasado, cuando falleció la hija de un adinerado comerciante de origen español que vivió un tiempo en esa ciudad sureña.

Según se cuenta, la desgracia ocurrió cuando su hija de 14 años, a la que apodaban “La Coronela”, falleció al ser mordida por una serpiente en el patio de la quinta en donde vivían; por más intentos desesperados que hizo la familia, la adolescente perdió la vida y fue enterrada en el cementerio antes mencionado.

Dicen que el señor enloqueció ante esta tragedia, al grado de que a los dos días fue junto con dos personas para profanar la tumba de su hija, pues en sueños ella le había dicho que no estaba muerta, sino que sólo estaba durmiendo.

Al abrir la cripta se escuchó un fuerte estruendo como una especie de rayo, por lo que las dos personas se fueron corriendo. Al día siguiente, el señor fue encontrado junto al cadáver de su hija, había muerto de un infarto y los que vieron su cadáver dicen que la expresión de su rostro era de miedo; sólo él sabe lo que realmente vio esa noche y que le causó la muerte.

Otro caso más reciente ocurrió hace unos diez años; se decía con frecuencia que veían a un niño como de cinco años rondar por los pasillos, incluso a plena luz del día; al principio se pensaba que era el hijo de alguna vendedora de flores o de las personas que acudían a visitar a un difunto. Sin embargo, esto se descartó por completo, pues veían al menor, incluso cuando ya iban a cerrar el sitio y no había ningún visitante en el interior, además de que desaparecía de forma inexplicable entre los pasillos cuando intentaban perseguirlo.

Existe una evidencia sorprendente, una fotografía que fue publicada en la revista “Misterios” hace nueve años, en donde se observa en uno de los pasillos a este pequeño, acechando detrás de una tumba, a pesar de que en ese momento no se encontraba nadie allí.

Otro caso que han reportado con frecuencia es el de “la niña del cementerio”; se trata de una pequeña que murió atropellada hace aproximadamente una década en una colonia cercana del centro de Ticul. A raíz de su muerte, de pronto los tricitaxistas le daban la parada a una niña que pedía que la llevaran al panteón, y éstos, al llegar a este sitio, veían cómo la niña se bajaba y desaparecía entre las tumbas.

Al menos dos de ellos les dio una fuerte calentura en los días siguientes, y se hizo tan frecuente este suceso en las siguientes semanas, que pronto se dieron cuenta que en realidad se trataba del espíritu de esa niña, que al parecer iba a jugar a la calle en donde había muerto y ya entrada la noche, se iba en tricitaxi a su nueva “casa”.

Por último, cabe mencionar que a finales de los años noventas acudían a este cementerio muchos hechiceros de magia negra para robarse huesos y cabello de los difuntos con el fin de realizar sus trabajos de brujería.

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