Hereda el ropero de su tía y cosas extrañas comienzan a pasar

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El ropero embrujado era de su tía muerta, a los ocho días de tenerlo, cosas extrañas comenzaron a ocurrir.

Por Jorge Moreno
Hoy les presentamos el caso de la señora Mary Larios, quien radica en Mérida desde hace varios años, pero que cuenta una experiencia que le ocurrió en la Ciudad de México, de donde es oriunda.

“Vivíamos en una casa propia que nos había heredado mi mamá, quien falleció años atrás. Pues bien, tras la muerte de mi tía (hermana de mi mamá), desalojaron su domicilio, ya que era rentado y sus hijos, o sea, mis primos, me dieron un ropero grande y antiguo que le había pertenecido a ella y que sabían que me gustaba mucho, aparte de que ellos no tenían espacio para tenerlo.

Los primeros siete días no hubo nada raro, pero justo a los ocho días de su muerte, cuando llegamos a la casa y entré a mi habitación, de pronto mi esposo me dice: ‘¡Mira el ropero’, y notamos que se había movido: estaba a unos veinte o treinta centímetros de donde fue colocado. Era imposible que alguien lo hubiera movido pues mis dos hijos me acompañaron al rezo y nadie más se quedó en la casa.

Aun usando la lógica no había explicación a que el ropero se moviera solo, pues es grande y no podría haberse deslizado; ese día tampoco tembló ni estaba en un sitio inclinado. A pesar de lo sorprendente del caso, mi marido lo puso como estaba antes y no le dimos mayor importancia».

Otro susto

“Esa misma noche ya era de madrugada y desperté, escuché como si le hubieran dado un golpe a la puerta de madera; encendí de inmediato mi lámpara que está junto a mi cama y para mi sorpresa veo la puerta del ropero completamente abierta, lo que era imposible, ya que se traba y sólo moviendo la manija podría quedar así.

Desperté a mi marido que hasta estaba roncando y él me aseguró que no lo había abierto, menos mis hijos, ya que la puerta de la habitación estaba cerrada con seguro por dentro.

Para no hacerles largo el cuento esto pasó cuatro noches seguidas, pero la número cinco ya fue de pesadilla, pues no sólo nos despertó ese golpecito, sino que, además, la puerta del ropero se aporreó muy fuerte en al menos dos ocasiones; de hecho, lo pudimos ver.

Hasta la muchacha del servicio ya nos había comentado que escuchaba golpes del ropero durante el día mientras hacía la limpieza y eso que ni yo ni mi marido le habíamos dicho nada a nadie para que no les entrara el miedo o no se sugestionaran con la situación».

La foto

“Lo que viene a continuación es algo que quizás muchos no me crean o le vayan a buscar alguna explicación lógica, pero creo firmemente en eso porque lo vi.

La siguiente noche volvió a aporrearse la puerta del ropero, por lo que me levanté y por instinto volví a revisar el interior del ropero, aunque ya lo había hecho todos los días previos; lo hice por inercia y veo en el rincón del ropero, en donde no había puesto aún ropa ni nada, una pequeña y desgastada foto, la saco y me doy cuenta que es una foto de mi difunta tía cuando estaba joven.“Enseguida recordé que esa foto estaba pegada en la parte interior del ropero, pero en otro compartimento; le pregunté a mi marido y a mis hijos si ellos la habían arrancado o movido y me dijeron que no.

Coloqué la foto con cinta auto adherible en el mismo sitio en donde estaba y a raíz de eso ya no volvió a pasar nada extraño con el ropero».

¿Quién arrancó la foto?

Aunque el tiempo pudiera haber hecho que el pegamento de la cinta se venciera y se despegara, ésta no tendría por qué aparecer en otro compartimento independiente del ropero.

“Creo que de cierta forma era mi tía que quería decirnos algo, o quizás avisarnos de algo. Hasta la fecha nunca supe qué pudo ser, a los pocos años el ropero se lo devolvimos a uno de sus hijos, ya que nosotros nos mudamos a Mérida. No obstante, me dicen mis parientes cuando han venido de vacaciones o yo he viajado, que a ellos les pasa exactamente lo mismo con el ropero y la foto aproximadamente cada año, justo en las fechas de su aniversario luctuoso.

Posiblemente mi tía quiera algo, pero lo difícil es saber qué, ya le han hecho misas, rosarios, etc., pero hasta el año pasado continuaba ocurriendo todo esto; espero que pronto pueda descansar en paz”, finalizó.

El ropero embrujado era de su tía muerta, a los ocho días de tenerlo, cosas extrañas comenzaron a ocurrir.

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