Redacción/De Peso
PROGRESO, Yucatán.- Autoridades municipales niegan que haya una ola de inseguridad en el puerto, y dicen que están implementando estrategias para combatir los robos del lugar.
A pesar de que el puerto de Progreso cada día se ve más sumergido en la inseguridad, ante la serie de robos, asaltos y piratería en el mar y a la orilla de este, las autoridades municipales dicen que no hay tal cantidad de problemas en la comunidad, aludiendo que hay otras zonas más inseguras que el puerto.
Días atrás el alcalde José Cortés Góngora manifestó que existe un déficit en la cantidad de elementos policiacos municipales, con lo que justificaba el abandono de las casetas de vigilancia en parques y otras áreas públicas, minimizando el asunto de la inseguridad en el municipio, al decir que Progreso tiene un índice de criminalidad normal, con lo cual dejaba de lado los más de 15 robos a comercios de centro y los cerca de 20 robos a casa habitación de las colonias.
Además de los al menos 20 casos de robos a casa veraniegas, las más 30 motocicletas robadas en Progreso y sus comisarías, así como las decenas de asaltos en las calles del puerto y otro tanto más de robos a embarcaciones en las playas y en los puertos de abrigo.
Por su parte el Director de Seguridad pública y tránsito de Progreso, Mario Humberto Caamal Salas, en entrevista dijo que las cosas en el puerto se están combatiendo, comentando que se ha tenido un gran avance en torno a los casos de delincuencia registrados, sin embargo a cada robo del que se ha tenido conocimiento, no se le ha hallado culpable alguno, por lo que los ladrones continúan en libertad.
Actualmente Progreso atraviesa por una etapa de incertidumbre de seguridad, que ha afectado tanto a locales como turistas, provocando que innumerable cantidad de visitantes canadienses y norteamericanos, que con regularidad llegaban al puerto a quedarse algunos meses, simplemente regresen a sus sitios de origen, huyendo de los robos y llevándose con ellos la derrama económica que dejaban en la región, así como la mala imagen de un lugar decadente de seguridad.
