Enigmas: el ayudante del curandero

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Hasta huesos humanos tenía que enterrar el ayudante del curandero.

Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- El lunes pasado hablamos del caso de un señor que tenía un “trabajo extraño”: alimentar a una gigantesca serpiente alada que vivía en una cueva. Hoy les presentamos un relato parecido, con una “chamba” que muchos no harían ni por todo el dinero del mundo.

Se trata del trabajo que hacía hasta hace tres décadas don Ramón Chay Matos, quien afirma haber sido ayudante del conocido hmen ticuleño Santos Balam y que tenía como trabajo cotidiano enterrar muñecos vudús o residuos de embrujos en el monte o en los cenotes; a continuación transcribimos la carta que nos mandó:

“Les mando el siguiente correo electrónico para ver si mi relato es digno de ser publicado, ya que leí con atención lo que salió hoy en el periódico (el lunes) del señor que alimentaba la serpiente alada y creo mi trabajo de hace años era igual de escalofriante cada vez que lo pienso.

“Soy una persona jubilada del Banrural, pero hace unos treinta años estuve un buen tiempo sin hacer nada y mi tío me dijo que si necesitaba ganar un dinero extra había un curandero en Ticul (mi pueblo natal) que estaba solicitando un ayudante, y como él lo conocía, pues entonces yo iba bien recomendado.

“Siempre me había yo jactado de ser muy valiente, por lo que no lo pensé mucho y decidí aceptar el trabajo. Desde un principio, el curandero de nombre Santos Balam, me dijo que tenía yo que seguir muy bien las indicaciones para que no me pasara nada; los primeros días estuvo todo tranquilo, más bien la hacía yo de recepcionista y de ‘chacha’ para limpiar todo lo que usaba: yerbas, sahumerios, pociones, etc.

“Sin embargo, creo que leyó mi mente porque un día me dijo que me daría algo más importante para hacer; entonces, me entregó una caja de zapatos cerrada con hilos rojos y me pidió que la lleve a un cenote que estaba por el rumbo de Sacalum. Me dijo que por ningún motivo lo abriera, que lo enterrara en cierto sitio y me fuera sin voltear a ver hacia atrás.

“Hice esto como seis o siete veces hasta que un día la curiosidad me ganó y antes de enterrar la caja la abrí y me di cuenta que había muñecos de vudú con fotos de personas y prendas íntimas; no me asusté, pero al momento de enterrarlo como que se formó un remolino y la verdad confieso que me fui corriendo de allí.

“Trabajé como dos meses con ese señor; me trató bien, pero empezó a darme un poco de miedo y como mi permiso en mi trabajo ya estaba venciendo, pues ese fue el pretexto para darle las gracias y despedirme. Vi muchas cosas en ese tiempo, creo hasta me da para escribir un libro, espero pronto compartirlo con los lectores de esta sección”, finalizó.

No cabe duda que en todos lados y en cualquier trabajo pueden ocurrir situaciones paranormales, y aunque el trabajo sí suena de entrada espeluznante, hasta de velador en un sitio “normal” podrían pasar cosas de miedo.

Por otra parte nos han estado preguntando varios lectores si quedan amuletos a mitad de precio de los que lanzamos en promoción el domingo pasado; aún tenemos algunos disponibles tanto el amuleto “Midas” (para ganar en juegos de azar) como el “dólar ritualizado” (para atraer el dinero), los tenemos a mitad de precio ($180 cada uno) e incluye gratis la piedra “Benesh”, que sirve para potencializar a ambos. Separe el suyo de inmediato mandando un mensaje de texto o de whatsapp con la leyenda “lo lei en de peso enigmas” al número (9991) 851-703 o bien venga directo a buscar el suyo al Museo Paranormal de Mérida (calle 63 B número 230 entre 8 y 10 colonia Cortés Sarmiento, de lunes a viernes de 9:30 am a 5:30 pm).

 

 

 

 

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