“No he visto la luz del sol en dos años”, carta de ‘El Chapo’

Agencias/De Peso

CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- El máximo líder del Cartel de Sinaloa está pasando quizá por los peores años de su vida luego de su detención hace dos años.

De acuerdo con el sitio Vanguardia, desde su detención hasta este 2018, han sido dos largos años en los que ha estado entre cuatro paredes y sin ningún tipo de contacto con el exterior; quizá han sido los peores años de su vida.

El líder del Cártel de Sinaloa, a través de su abogada Mariel Colón, mandó una carta a Imagen Noticias, donde narra el tormento de estar tras las rejas en territorio estadunidense. 

 Colón visita todos los días a Guzmán Loera en la cárcel metropolitana de Nueva York, donde ha sido testigo de lo relatado por su cliente.

«Las condiciones en las que vive [«El Chapo»] son drásticas, ya que ha estado en régimen de aislamiento durante casi dos años»

Así comienza la misiva sobre el máximo narcotraficante del mundo de los últimos 20 años.

La máxima reclusión de «El Chapo», en la que permanece en su celda 23 horas al día, se debe al antecedente de haberse escapado en dos ocasiones de penales de máxima seguridad en México.

«Las únicas visitas sociales permitidas al señor Guzmán son las de sus hijas de siete años que sólo pueden visitarlo durante sus vacaciones de verano e invierno»

Las menores a las que se refiere son las gemelas que el líder del Cártel de Sinaloa tuvo con su esposa Emma Coronel.

El contacto con el exterior es nulo, pues no puede recibir cartas de su familia y las dos veces que intentó escribirle a su esposa, éstas nunca llegaron porque el gobierno no las aprobó.

«Siempre le duelen sus oídos y siempre tiene dolor de garganta, debido a que la unidad de aire acondicionado sopla un aire seco sobre él durante las 24 horas del día».

Estas condiciones extremas en las que vive Joaquín Guzmán Loera han provocado serias afectaciones en su estado de salud.

Además, su garganta está constantemente irritada debido a que se ve obligado a beber agua del grifo, además de su dolor de garganta y oídos, su cabeza le duele constantemente y se ve obligado a dormir en una celda con la luz encendida las 24 horas del día […] no hace falta decir que no ha dormido mucho en los dos últimos años»

El envío de esta carta se da a prácticamente dos semanas de que comience el juicio en su contra.