La liga de la justicia aseguró una residencia donde se organizaban juergas clandestinas donde permitían la entrada de menores de edad y corría como agua el alcohol, drogas y sexo.
Gracias a una orden de cateo girada por un juez de control, agentes ministeriales cayeron a un jacalote localizado en la supermanzana 523 para asegurar dicho inmueble, donde se realizaban fiestas clandestinas con acceso a adolescentes.
Según las primeras investigaciones, los morros que asistían podían consumir alcohol y estupefacientes sin ninguna restricción, además de que se les permitían ‘ponerle Jorge al niño’ en el mismo local.
El operativo se llevó a cabo con apoyo del Grupo de Coordinación para la Construcción de Paz y Seguridad de Quintana Roo, en el sitio se encontraron más de 200 personas, entre ellas ‘maomeno’ 50 morritos bien alcoholizados.
Durante el cateo se detuvo a una mujer de nacionalidad extranjera, con residencia temporal en el país, quien era la organizadora de las fiestas clandestinas, por lo que fue puesta a disposición del Ministerio Público por la comisión flagrante del delito de venta o distribución de bebidas alcohólicas y probable corrupción de menores.
El predio quedó asegurado y los adolescentes fueron entregados a sus padres. Cabe destacar que para este operativo se utilizó a un agente encubierto de la Unidad de Investigación Especializada en Delitos de Trata y Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes.
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