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CANCÚN.- Al borde de la muerte quedó un ‘ñor’, que ayer en la mañana, cuando pedaleaba su triciclo por la Supermanzana 63 fue alcanzado por una lluvia de plomo que le soltaron sujetos motorizados; la víctima fue ingresada ya casi con los ojitos en blanco, pero se aferró a la vida en un intento por evadir a la calaca.
Con el cuero chinito terminaron los vecinos de la calle 10 luego de escuchar más de cinco balazos, por lo que casi con los ‘chones’ flameados salieron para no perderse el chisme, fue así que se dieron tinta que un don estaba bañado en moronga, tirado casi a mitad de la vía.
El hecho fue reportado a las 11:40 de la mañana, cuando ‘motosicarios’ hicieron rugir sus tartamudas, que incluso espantaron a los santitos, ya que todo ocurrió a contraesquina de la Iglesia de Guadalupe y a espaldas del mercado ‘El Parían’.
Los ‘poliestatales’ fueron los primeros uniformados en llegar a la escena, donde confirmaron que un fulano que pedaleaba su triciclo había sido plomeado, por lo que ‘curitos’ de la Cruz Roja arribaron al sitio para empezar a parcharle los nuevos hoyitos del lesionado.
En esas andaban, cuando los paramédicos vieron que la Catrina llegó con la intención de llevárselos a su reino, por lo que como costal de papas en mercado treparon al herido al ‘carrocamilla’, para luego subirlo a la ‘chillona’, en ese momento el don empezó a caminar hacia la luz al final del túnel, así que iniciaron con las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Con una pata en el más allá el baleado fue llevado en ‘tinga’ al hospital del IMSS de la avenida Cobá, donde continuaron con la chamba de espantarle los zopilotes y evitar que colgara los tenis, cosa que lograron y hasta el cierre de esta edición el hombre no le había entregado el equipo a San Pedro.
Los ‘ministeriosos’ y peritos de la Vice Fiscalía de la Zona Norte chambearon la escena de los balazos, donde marcaron varios indicios, como casquillos presuntamente 9 milímetros, además de presuntas dosis de droga, de igual forma se llevaron el triciclo del herido en lo que algún familiar aparece para pedir datos.
