Luis Hernández / De Peso
LÁZARO CÁRDENAS, Q. Roo.- El angelito de la guarda de los pasajeros de un ‘guajolotero’ estaba bien ‘trucha’ ayer en la mañanita, y les salvó el pellejo cuando la unidad en la que viajaban a este destino turístico volcó, quedando con las llantas al aire y el techo como tortilla; por fortuna nadie colgó los tenis, aunque se reportó al menos 20 lesionados.
Las centralistas del 911 fueron bombardeadas con llamadas que entraron por kilo a eso de las 7:00 de la mañana, por lo que tuvieron que guardar para otro momento sus tacos de canasta del desayuno, pues el chisme caliente decía que un autobús de pasajeros había volcado en carretera y se requería asistencia médica de urgencia.
Por lo menos ocho ambulancias de la Cruz Roja, Ángeles Verdes y de la 911 fueron enviadas hacia la carretera Kantunilkín-Ignacio Zaragoza para verificar el accidente en el que se dijo que había un prensado, el cual fue auxiliado por los mismos pasajeros y luego de liberarlo fue llevado a un hospital de la cabecera municipal de Lázaro Cárdenas.
El chisme que corrió como pólvora en el sitio fue que el chofer del autobús de la línea Noreste, Mercedes Benz, matrícula 884-HR-9, viajaba de Tizimín hacia Cancún, pero a la altura del citado tramo al parecer cayó bajo los coqueteos de Morfeo y pestañeó, lo cual ocasionó que perdiera el control y ¡moles!, se salió de la cinta asfáltica hacia el costado derecho, donde volcó y terminó con el techo asentado sobre el suelo.
Increíblemente parte del techo se desprendió, aunque por fortuna ninguno de los pasajeros sacó boleto pa’l otro barrio, pero al menos 20 resultaron lesionados, de los cuales 10 fueron llevados a Kantunilkín, mientras un número similar ingresó al hospital PlayaMed en Cancún.
Cuando la ‘liga de la justicia’ cayó en el lugar de los hechos, se explicó que del conductor ni sus luces, pero no faltó quien chismeara que luego de salir de la unidad volcada, con ayuda de otro camionero se peló de la zona y dejó a su suerte a todos sus pasajeros.
‘Polifedericos’ se encargaron de enviar el autobús al corralón en tanto se realizaba el deslinde de responsabilidades; trascendió que las autoridades verían que la empresa transportista se hiciera cargo de pagar los gastos médicos de todos los afectados.
