Redacción / De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- Un sujeto vestido de negro con pistola 9 milímetros en mano llegó hasta un restaurante de mariscos de la Plaza Kabah en la supermanzana 247, para recetarle una lluvia de plomo a un paisano, lo que lo mandó directo y sin escala al Hospital General, la noche de ayer.
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Según chismearon las lenguas viperinas, el ‘don’ baleado se cenaba unas ricas pescadillas y una michelada bien fría en compañía de su hija menor, al momento del ataque armado, alrededor de las 8:00 de la noche.
Al lugar arribó el solitario emisario de la Catrina, quien le disparó en repetidas ocasiones haciendo blanco en la caja toráxica de su víctima para después darse a la fuga.
Ante la gravedad de la herida, uno de los asistentes del lugar, se llevó en ‘tinga’ loca al lesionado al Hospigen en un automóvil particular para ser internado de urgencia en terapia intensiva.
Después del ‘desecho’ llegaron elementos policíacos y peinaron la zona en busca del ‘caón’ a quien al parecer la tierra se lo comió pues no lo encontraron.
