Pecho a Pechito: El primer round de tanteo

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El Boffas/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- La política estatal reducida a un supuesto problema de ‘acidez’, aunque ustedes, amables lectoras(es), no lo crean. Pero en la polaca todo puede suceder.

El mes pasado, cuando recién viajó el alcalde de Mérida, Mauricio Vila Dosal, a China para promocionar la capital yucateca y, de paso, degustar, la real comida oriental, no la chafa que se expende aquí basada en más legumbres, arroz y nada de camarones, aparecieron determinadas calles impregnadas con un tipo de ácido –quizá el a-sido-a chiflar su máuser- que, supuestamente, al tiempo iban a deteriorar las vías recién rehabilitadas por órdenes del primer edil como parte de un ambicioso programa de obra pública.

La entonces encargada interina de la comuna, María Fritz Sierra, muy respetada en el ámbito político, acudió a los sitios donde se vertieron los ácidos y declaró que esto representaba un atentado, no contra el ayuntamiento, sino contra los meridanos que requieren calles en buen estado.

Aunque quizá lo pensó, Fritz jamás masculló algún improperio de corte político y, en cambio, se procedió a denunciar los hechos ante la Fiscalía General del Estado. No habían pasado muchas horas y las huestes priístas, concretamente el regidor Rudy Pacheco y el dirigente municipal del tricolor, Jorge Esquivel Millet, salieron a despotricar que, en realidad, lo que las autoridades panistas querían hacer era una cortina de humo para justificar que las calles estaba elaboradas con una mezcla de “frijol colado” de mala calidad.

Nadie le había pedido su opinión a los “brillantes” tricolores y con sus abruptas declaraciones para tener reflectores quedaron en entredicho. “Explicación no pedida, acusación manifiesta”, reza conocido refrán populachero.

Luego, entonces, daban a entender que algún gamberro contratado por las huestes de ese partido habría ejecutado tal atentado.

Sin embargo, todo parecía olvidado y se hablaba, entonces, de un disparate con intenciones políticas muy adelantadas. También se manejó la versión de que la ‘acidez’ fue ocurrencia de los propios panistas para volverse mártires ante la palabrería priísta. Pero no contaban con la astucia de ¿quién?

De pronto, apareció en escena un tal Roger Moo –potencial émulo del difunto 007 Roger Moore- que, en términos generales, fue presionado por el presidente del PAN Mérida, Chucho Pérez Ballote, con darle unos 80 mil morlacos y que declarara acerca de la regazón de ácido y, sobre todo, que el malo de la película era Sergio Vadillo Lora, jefe del Despacho del mandatario Rolando Zapata Bello. Pero lo que Chucho Ballote no tomó en cuenta es que Moo le iba a dar ¡moo-cos! y lo denunciaría ante la Fiscalía por amenazas, presiones y otras lindezas más.

Y, días después, uno de los supuestos hombres de confianza de Pérez Ballote, su entonces chofer, Christopher Guillermo Rubio Herrera, lo iba a vender como Judas lo hizo con Jesucristo.

Resulta que el chafirete, quien estaba en la nómina panucha, se presentó “voluntariamente” en la Fiscalía para declarar que, en efecto, su otrora patrón sí había presionado al tal Roger Moo(re) y ofrecido billete para que declarara en contra de autoridades gubernamentales, en específico, contra Sergio Vadillo.

En términos generales, ese es el resumen del incipiente show cómicopolítico, aunque pronto sacó su verdadera cara y demostró que se trata del primer round de tanteo para el año que viene y, muy probablemente, del comienzo de la ruptura de las buenas relaciones que hasta el momento mantienen los gobiernos estatal y municipal a cargo de Rolando Zapata y Mauricio Vila, respectivamente.

Variantes de acidez

Pero todo este asunto que, la verdad, es sumamente penoso para iniciar una “guerrilla política”, trae varios tipos de ‘acidez’, como por ejemplo:

1.- EL CHAMAQUEO que le han dado a Chucho Pérez Ballote sin que él, en realidad, pudiera aportar pruebas concretas de sus versiones acerca del autor intelectual del “acidazo”.

2.- LAS RESPUESTAS de Sergio Vadillo, a determinados medios de prensa, en el sentido de que él no tiene nada que ver en el lío y menos que sea socio de la empresa donde, supuestamente, se adquirieron los corrosivos. Con mantenerse callado hubiera sido suficiente. ¿“Explicación no pedida, acusación manifiesta”?

3.- LA DIVISION interna entre los panistas locales porque, lejos de que arroparan a “Ballote”, lo dejaron en calidad de náufrago y tuvo que intervenir la fracción blanquiazul del Senado de la República para advertir que este caso repercutirá a nivel nacional cuando, en realidad, se pudo resolver de manera casera.

4.- SE EVIDENCIO que la dirigencia estatal panista, a cargo de Raúl Paz Alonzo, no traga para nada a su contraparte municipal (Ballote) y que, por supuesto, tuvieron que intervenir otras fuerzas en lo “oscurito” para que se diera el amago de atraer este desmadrito en el orden nacional. En otras palabras, hay pleito declarado.

5.- AÑOS ATRAS, un caso similar hubiera motivado todo un desborde de las huestes panistas por las calles de Mérida para pedir –con o sin pruebas- que el Gobierno en turno deje de fregar a sus líderes. Ahora no hay pasión y sí muchos intereses de por medio. Uno de ellos: eliminar un flanco del PAN que estorba el otro bando albiazul. Cosas verdes, don Benito Rosel Isaac.

6.- TODO PODRIA arreglarse si las autoridades competentes, en este caso, la Fiscalía estatal, le meten seriedad al asunto. Pero no lo hará. ¿Por qué? Simplemente hay instrucciones de ver hasta dónde puede aguantar este asunto en materia política. ¿Quién regó entonces el ácido?, ¿gente del Gobierno o gente contratada por Ballote?

7.- ABUSADOS, PORQUE tampoco nadie imaginó que el PAN llamara a refuerzos de “lujo” para intervenir en el caso, como el senador Roberto Gil Zuarth. Un escándalo nacional no le conviene al Gobierno de Rolando Zapata, sobre todo cuando empezará su último año de gestión y menos por la tragicomedia de las calles corroídas, más por la palabrería, que por los líquidos degradantes.

8.- LA SOLUCION está a la vista, damas y caballeros: que las partes en conflicto beban un poco de “Pepto bismol plus grillero” para evitar que la ‘acidez’ se convierta en gastritis crónica. Recuerden que Yucatán se cuece, electoralmente, aparte de otras entidades del país.

9.- EN MENOS de un año, los yucas tendrán que tragarse miles de rollos políticos y eso, realmente, sí produce úlceras.

10.- NO SEAN gachos, panistas y priístas: den chance de ingerir las suficientes pastillas de “valemadrina” para aguantar carretadas de discursos realmente ‘ácidos’. Las calles sí pueden soportar ese tipo de corrosión; el cuerpo y el cerebro humanos, nanay.

Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para que la ‘acidez’ quede en un simple chorrillo, enviarlas a [email protected] y/o [email protected] Fin…

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