En una rueda de prensa celebrada en 2007, las autoridades acusaron a Krajcir, entonces de 63 años, de cinco homicidios y tres violaciones, delitos cometidos entre 1977 y 1982, aunque añadieron que el individuo también ha confesado cuatro asesinatos más en otras localidades.
José Luis Durán King/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Si a alguien se le puede aplicar el término “carne de presidio” es a Timothy Krajcir, quien en 1963 accedió por vez primera al sistema penitenciario Estados Unidos. A partir de entonces, salvo por un breve período de libertad a finales de los años 70 y principios de los 80, ha entrado y salido de la prisión. En 1988 recibió una condena de 80 años, pena que cumple en el estado de Illinois.
En una rueda de prensa celebrada en 2007, las autoridades acusaron a Krajcir, entonces de 63 años, de cinco homicidios y tres violaciones, delitos cometidos entre 1977 y 1982, aunque añadieron que el individuo también ha confesado cuatro asesinatos más en otras localidades.
En agosto del año referido, la policía de Carbondale (Illinois) descongeló el caso relacionado con Krajcir (preso desde 1988), utilizando muestras de semen recabadas en 1982 y vinculó al criminal con el asesinato de Deborah Sheppard, de 23 años, estudiante de la Universidad de Illinois del Sur.
Los primeros dos asesinatos de Krajcir ocurrieron en agosto de 1977. Tras entrar a una casa, esperó que llegaran Mary Parsh, de 58 años, y su hija Brenda Parsh, de 27. Ambas fueron encontradas boca abajo y con las manos atadas a la espalda. Fueron violadas antes de morir de un tiro en la cabeza.
Krajcir estudiaba los movimientos de sus víctimas potenciales, las seguía durante días. Cuando estaba seguro que su plan no fallaría, irrumpía en los domicilios elegidos y esperaba pacientemente la llegada de sus presas.
Pocos, muy pocos asesinos seriales han cursado la universidad. Fue el caso de Krajcir, quien pese a los pocos años que estuvo en libertad, en 1977 se inscribió en la Universidad de Illinois del Sur, donde estudió Administración de Justicia y Psicología.
Nunca ejerció lo aprendido, salvo para intentar eludir a las autoridades judiciales de Estados Unidos, cosa que no le funcionó como quizá él hubiera querido.
En noviembre de 1977, Krajcir volvió a atacar. Sheila Cole, de 21 años, fue secuestrada antes de subir a su auto en el estacionamiento de un supermercado. El cuerpo de la mujer fue encontrado en el interior de unos sanitarios. Murió de dos tiros en la cabeza.
En agosto 1979, tras ser detenido por un delito de violación, las autoridades del Centro Correccional de Big Muddy River, en Illinois, advirtieron que Krajcir era “una persona sexualmente peligrosa”.
En 1982, el criminal confirmó la advertencia tras asesinar a dos mujeres repitiendo al dedillo su modo de operar. Margie Call, de 57 años, fue encontrada en enero boca abajo y amarrada, con una manopla en la boca. En junio siguiente, la policía rescató el cuerpo semidesnudo de Mildred Wallace, de 65 años. Tenía los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Ambas mujeres fueron violadas.
En 1982, Krajcir trabajaba como chofer de ambulancia. A bordo del vehículo llegó a Carbondale, una ciudad de Ilinois cercana a Misuri que el asesino había estudiado por casi 10 meses. Estacionó la unidad y caminó hacia una casa que ya conocía. Entró y esperó a que llegara Deborah Sheppard, a quien violó y asesinó.
Carbondale fue el lugar preferido de Krajcir para estacionar su ambulancia antes de caminar a Cabo Girardeau, donde asesinó a cinco de sus víctimas. Cometió un sexto homicidio en esa localidad, pero las autoridades no han aportado mayores datos.
Timothy Krajcir purga su condena en la Correccional de Pontiac en Illinois, donde algunos de los guardias lo tienen en alta estima. Una de las autoridades administrativas ha señalado: “Es una persona adorable. Estás sentado con él, conoces todo lo malvado que ha sido, pero es casi imposible creerlo”. Correo: [email protected]; www.twitter.com/compalobo
