MÉRIDA, Yuc.- La fotografía dio la vuelta al mundo a través de las redes sociales. Una imagen difusa que solo permite ver la silueta de un hombre adulto tomado de la mano de una niña. Una cámara de seguridad captó ese momento el pasado 4 de enero de 2018. La menor, confiada, camina al lado del individuo al que parecer conoce.
Días después, el cadáver de Zainab Fatima Ameen, de 7 años, fue hallado en un basurero. Las autoridades informaron que antes de morir estrangulada, la niña fue violada de forma brutal y reiterada.
El descontento de la población se desbordó en Kasur, ciudad de la provincia de Punyab, Pakistán. El enfrentamiento dejó como saldo dos manifestantes muertos a balazos por la policía local.
La ira tiene sustento. En los tres años recientes, unos 720 incidentes de esa naturaleza han sido reportados en Kasur. Asimismo, el de Zainab fue el caso número 12 de abuso sexual de un niño reportado dentro de un radio de dos kilómetros en los 12 meses recientes.
Manos a la obra
De acuerdo con Mumtaz Gohar, coordinador superior oficial de Sahil, en 2017, solo en Kasur, se registraron 129 casos de asalto infantil. De ellos, 34 fueron secuestros, 23 violaciones, 19 sodomías, 17 intentos de violación, seis secuestros y violaciones, y cuatro secuestros y violaciones colectivas.
La presión popular dio resultados y las autoridades pusieron manos a la obra para encontrar “la aguja en el pajar”, como un oficial de policía llamó a la investigación en torno al asesinato de Zainab.
La pesquisa incluyó a la población total del distrito de Kasur, es decir, 30 millones de personas, la cual se redujo a entre 60 mil y 70 mil personas, al ser excluidos niños, mujeres y ancianos.
Al tiempo que se examinaban las muestras sanguíneas recabadas en la población, otro grupo de investigadores revisaba una y otra vez el video del adulto con la niña. Algún resultado esclarecedor debía arrojar el tiempo invertido por las autoridades.
Después de examinar mil 100 muestras, la número 814 proporcionó rostro, nombre y apellido del sospechoso más buscado por la policía.
Por otro lado, el equipo de investigación abocado a la lectura del video descubrió algunos detalles en la vestimenta del “fantasma” que deambula en el video: dos botones grandes a la altura de los hombros de la chaqueta que vestía el adulto al ser registrado por la cámara.
En la guarida del lobo
La policía se dirigió al domicilio de Imran Ali, de 24 años, donde los agentes encontraron la chamarra que aparece en la grabación.
Imran Ali vivía en el mismo vecindario de la familia de la niña asesinada. Muchos de los conocidos del individuo se enteraron de la detención hasta que vieron las imágenes en televisión. Uno de ellos explicó que nunca pensó que Imran estuviera involucrado en esos actos aberrantes. “Era un famoso recitador de Na’at”, indicó. El na’at son poemas de alabanza del Islam.
Hay, sin embargo, varios de los conocidos que señalan que Imran era un pedófilo cuyo arresto estaba pendiente. En una ocasión, incluso, el hombre fue descubierto acariciando a una niña, por lo que fue golpeado por los familiares de la menor.
El ADN de Imran, de acuerdo con la policía, está vinculado a ocho homicidios más, aunque las autoridades se han centrado por el momento en la muerte de Zainab y otros tres menores.
Una corte de Pakistán dictó cuatro sentencias de muerte en contra de Imran Ali, por las cuales deberá ser colgado.
Quieren que sufra
La familia de Zainab no está de acuerdo en el método de ejecución, pues considera que la horca es un castigo menor para un hombre que hizo mucho daño a los niños de Kasur. Los padres luchan para que el asesino muera apedreado, por toda la comunidad, en el lugar en el que fue recobrado el cadáver de Zainab. Correo: [email protected]; www.twitter.com/compalobo
