José Luis Durán King/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- En 1982, Angela Monroe fue asesinada porque a su novio, Terry Blair, de 21 años, le disgustaba que la mujer se dedicara a la prostitución. El individuo fue condenado a 21 años de prisión por el asesinato de Angela y del bebé que aún no nacía.
Blair cumplió el total de su condena. Quedó libre en 2003. Al salir de prisión, a los 42 años, el hombre estaba listo para sembrar el terror entre las sexoservidoras de Kansas.
El 14 de julio de 2004, Anna Ewing, de 42 años, fue estrangulada con una de sus prendas de vestir. Su cuerpo fue encontrado detrás de un edificio abandonado. Lo curioso del caso es que, de acuerdo con el reporte policiaco, la mujer falleció accidentalmente a causa de una sobredosis de cocaína.
El 2 de septiembre de ese mismo año, en un estacionamiento abandonado, el cuerpo de Patricia Wilson Butler, de 58 años, fue encontrado debajo del cadáver de Sheliah McKinzie, de 38 años. Una lona cubría los restos de las prostitutas. La policía determinó que Sheliah murió estrangulada. El avanzado estado de descomposición de Patricia impidió a las autoridades establecer la causa de muerte.
Un hombre hizo varias llamadas al 911 reportando la ubicación del garaje donde había ocultado los cadáveres de dos mujeres. “Yo los puse ahí”, señaló. Lo que ignoraba el individuo es que para entonces los restos de las mujeres estaban en la morgue.
El 3 y 4 de septiembre, la policía tuvo agenda llena, cuando los cuerpos de Carmen Hunt, de 40 años, Claudette Juniel, de 31 años, y Darci I. Williams fueron encontrados en una casa vacía, una zona boscosa y en un callejón, respectivamente. Dos de ellas fueron estranguladas con prendas de vestir. De Carmen Hunt se desconocen las causas de su muerte.
Terry Blair, el asesino y el hombre que hizo las llamadas al 911, fue arrestado el 15 de octubre de 2004. Fue inculpado de ocho homicidios, encontrado culpable de la muerte de seis mujeres cuyos cuerpos fueron hallados en un corredor de la Avenida Prospect, y no se pudo comprobar su participación en otros dos homicidios, los de Sandra Reed, de 47 años, y Nellia Harris, de 33 años.
Terry Blair fue sentenciado a prisión de por vida sin posibilidad de obtener su libertad, pena que cumple en el Centro Correccional Potosi en Mineral Point, Misuri.
La investigación en torno a Blair arrojó resultados por lo menos sorprendentes. Por ejemplo, el asesino vivía en la zona más pobre de la Avenida Prospect, donde la policía halló los cuerpos de seis de sus víctimas.
Asimismo, se descubrió que Blair pertenecía a una familia de criminales, empezando por la madre, Janice Blair, que en agosto de 1978 mató a balazos a su amante, Elton E. Gray, quien era su proveedor de drogas.
Walter Junior Blair, hermano de Terry, violó y asesinó a la estudiante de arte Katherine Jo Allen, de 21 años, para así cumplir un pacto comercial que Walter hizo con un violador y asesino, Larry Jackson, que se encontraba en prisión.
La idea era que la policía creyera que el verdadero criminal seguía libre y que Jackson había sido sentenciado de forma errónea. El plan fracasó y el hermano fue sentenciado a prisión de por vida.
Un medio hermano de Terry, Clifford Miller, secuestró a una mujer cuando ésta salía de un bar. La víctima fue violada varias veces antes de ser asesinada y abandonada en una casa deshabitada. Miller fue condenado a 240 años de prisión.
La hermana y el cuñado de Terry, Warnetta White y Niola White III, fueron encerrados por estrangular a un vendedor de droga.
Un sobrino de Terry, Diamond Blair, hijo de Warnetta, fue sentenciado a 18 años de prisión después de que, junto con dos cómplices, asesinaron a un joven de 22 años en un intento de robo. Correos: [email protected]; www.twitter.com/compalobo
