Jorge Moreno/De Peso
MÉRIDA, Yuc.- Yucatán cuenta con 106 municipios, y al menos 10 son conocidos popularmente como “tierra de brujos”, debido a la cantidad de hechiceros que hay o por la fama e importancia que tienen; sin embargo, varios pobladores de esas localidades se “pelean” la mención honorífica, o al menos eso opina don Samuel Uc Iuitz del municipio de Yaxcaba:
“He escuchado desde hace años que tal o cual pueblo es tierra de brujos, pero sin duda el que merece el verdadero título es mi pueblo Yaxcabá (ubicado a casi hora y media de la ciudad de Mérida), pues en muchas de sus comisarías hay gente dedicada a esta actividad”.
Entrevistado telefónicamente luego de que recibimos un mensaje de texto solicitando “ser escuchado”, don Sam (como también se le conoce) señala que no sólo habla de cantidad sino también de calidad:
“Algunos de los brujos que trabajan por estos rumbos reciben gente hasta de Cancún, Campeche, Chiapas y sitios lejanos, pues debido a la buena fama y eficiencia de sus trabajos son recomendados y hasta gente de dinero en sus ‘carrazos’ llega por ayuda de cualquier tipo, ya sea por curaciones de su salud, dinero o de amor”, explicó.
Brujería familiar
Cabe destacar que Yaxcabá cuenta con 66 localidades o comisarías, y algo que caracteriza a estos sitios es que muchos practicantes no hacen público su oficio, es decir, hacen trabajos para ayudarse a ellos mismos, a sus familias o gente cercana en cuestiones de protecciones, para no cargar malas vibras o quitarse la energía negativa, entre otras cosas.
De hecho, ahí vivió uno de los más famosos brujos a principios del siglo antepasado, el llamado “Huay cot”, el cual era un señor que desde su adolescencia practicó la magia negra y aprendió a convertirse en “brujo pájaro”; de esta forma, volaba a sitios lejanos para robar mercancía y vendérsela a quien en ese entonces era el dueño de la tienda más grande y surtida en Yaxcabá y los alrededores, quizás por este motivo inició la fama de este pueblo en cuanto al tema esotérico.
Don Sam comenta que incluso han llegado en un par de ocasiones brujos de Catemaco, Veracruz, para compartir sus conocimientos con un santero local y para que se lleven material “trabajado” que sólo se consigue en estos rumbos.
De hecho, muy cerca del Palacio Municipal se ubica un cenote que popularmente le llaman “principal” y afirman que en determinadas épocas sus aguas se levantan para “tragarse” a las personas que están cerca de allí; se afirma que el lugar esta embrujado debido a que en el siglo pasado se tiraron muchas pócimas (líquidos y tierra de cementerio ) en su interior, lo que hace que “cobre vida” en determinadas fechas, principalmente los martes y viernes, días “fuertes” para practicar la magia negra.
Misterioso caballo y jinete
Un caso peculiar ocurre en una de sus comisarias, específicamente en Tiholop, pues afirman ver por las noches un caballo negro que pasa galopando a toda velocidad con un misterioso jinete; incluso, afirman que tiene sus ojos de color rojo. Se cuenta que es el alma en pena de un conocido hechicero que falleció en los años cincuentas del siglo pasado y que a pesar de estar arrepentido de todos los trabajos de magia negra que hizo, no puede descansar en paz y está condenado a vagar con su caballo por toda la eternidad.
Por su parte, en la comisaría de Cisteil ocurrió un suceso históricamente importante ya que ahí, en el siglo XVIII, surgió la rebelión de Jacinto Canek (1761). Una vez sofocada la rebelión, este sitio fue rociado con sal y sus pozos contaminados con el mismo material, para escarmiento de la población maya por órdenes del gobernante en turno.
A raíz de esto, se afirma que se ve el alma en pena de varios guerreros y pobladores que fueron asesinados en ese sitio y quienes se lamentan hasta la fecha de la forma en que acabó su amado pueblo; pero lo interesante del asunto es que debido a que se usó sal, se considera que el perjuicio fue mayor y por ese motivo varios hechiceros han hecho limpias permanentes a todo el pueblo.
