Jorge Moreno/De Peso
MÉRIDA, Yuc.- El Santo Niño de Atocha es una de las imágenes católicas más veneradas en todo el mundo; de hecho, miles de personas acuden año tras año al santuario de Plateros en Zacatecas, así como en otros santuarios ubicados en decenas de iglesias de varios países para agradecer los favores y mandas que le han solicitado y se les han cumplido.
Incluso, al Santo Niño de Atocha también se le atribuyen milagros y sucesos insólitos como el que haya gente que asegure haberlo visto caminar y que llore sangre, tal y como ocurrió en un domicilio de la ciudad de Mérida, en donde pude ir personalmente y entrevistar a los testigos de este increíble suceso (hace un par de años publicamos en esta sección el caso completo).
Sin embargo, esta imagen religiosa no escapa de la polémica debido a gente sin escrúpulos que usa el fervor y veneración que le tienen, para hacer maldad a través de la magia negra.
Fue en los años noventas, cuando un grupo de vendedores ambulantes estuvo distribuyendo en las ciudades mexicanas Guadalajara, Puebla y Mérida estas imágenes de casa en casa; se trataba a primera instancia de esculturas del Niño de Atocha normales; sin embargo, tenían una peculiaridad diabólica: sus manos y sus pies eran, en realidad, pezuñas.
En ocasiones tenían sólo cuatro dedos en forma de animal, o bien, con aspecto demoniaco; a las pocas semanas de que la gente que adquirió estos productos se dio cuenta, empezaron a llevarlos a las iglesias, y los sacerdotes les pedían que destruyeran las imágenes, pues eran diabólicas.
De los vendedores ya no se supo más ni de dónde venían, ya que por lo general sólo iban una vez a las colonias en donde habían sido reportados; a finales de los años noventas también se supo de casos similares en Guatemala y Costa Rica.
Una investigación de la Arquidiócesis de México llegó a la conclusión de que esto era obra de algunas sectas satánicas que querían aprovechar el fervor religioso para meter a las casas estos objetos embrujados con el fin de causar problemas y división en las familias.
A pesar de que se guardó mucho hermetismo en este caso y se trató de manejar de una forma privada para no causar pánico entre los creyentes católicos, se supo que en varias iglesias los sacerdotes solicitaron a los feligreses que ya no compraran figuras católicas a los ambulantes, sino sólo en sitios formalmente establecidos.
Cabe mencionar que este fenómeno no sólo ocurrió con el Niño de Atocha, también hay expedientes que señalan que imágenes del Divino Niño, la Virgen de Guadalupe y otros santos también fueron usados con el mismo fin.
En los últimos años ya no se han dado nuevos reportes sobre estos casos, que sin duda causaron mucha polémica, y no dudamos que hasta la fecha, algún católico despistado tenga en su casa sin saberlo una de estas imágenes malignas.
Si usted es católico y tiene un Niño de Atocha o algún otro santo en su casa, le sugerimos que los cheque cuanto antes para que salga de dudas si adquirió o le obsequiaron una de estas imágenes.
La investigación de este caso lo subí ayer a mi canal de youtube, si lo quieres checar puedes poner en el buscador “Terrible, el niño de Atocha con manos de animal”.
