Jorge Moreno/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- En días pasados nos mandó un correo electrónico el señor Manuel Méndez Espadas, quien radica en la ciudad de Mérida, para platicarnos de un caso paranormal que tuvo oportunidad de vivir en carne propia hace cinco años durante un viaje:
“Qué tal, amigos de la sección de Enigmas, siempre he leído sus temáticas y en esta ocasión, si me lo permiten, les contaré una experiencia que viví hace unos años en un viaje al vecino país del norte, específicamente en Minneapolis, Minesota, a donde acudí junto con mi esposa debido a que mi hijo mayor está haciendo su residencia médica en esa ciudad.
“Estuvimos por espacio de 15 días allí y como es de suponer, tanto él como mi nuera, nos pasearon y visitamos los principales atractivos turísticos de esa ciudad; un sitio que me llamó la atención fue el que se ubica alrededor del lago Harriet, en el suroeste de Minneapolis, conocido como ‘El Arbol del Gnomo’, específicamente en la ruta de paseo cerca de Queen Avenue.
«Según la leyenda local, la gente podía dejar notas, cartas y regalos para Thom (más conocido como Mr. Little Guy), un elfo que supuestamente vive allí y que a menudo responde a las preguntas o comentarios de las cartas de la gente en algún momento en los días próximos.
“Además, había sido una tradición local en Minneapolis durante al menos 60 años desde entonces. Así que de todos modos, cuando llegamos a la ubicación del árbol por primera vez, eché un buen vistazo a este árbol interesante, al mismo tiempo que tomé algunas fotografías y escribí mi propio mensaje en un pedazo de papel de mi cuaderno; le pregunté algo quizás muy obvio y que hasta de cierta forma mostraba mi escepticismo, pues le pregunté si era real y también si tendría un nieto pronto.
«Una vez que lo escribí (en inglés, ya que tengo la fortuna de dominar este idioma desde que yo era un adolescente), lo puse dentro de una bolsa de plástico (que ha estado allí todo el tiempo antes de llegar allí), que estaba llena de un montón de notas y cartas dentro de este árbol completamente santificado. Después de eso, decidí grabar este momento y tenerlo de recuerdo.
«Transcurrió una semana y debido a que salieron ‘movidas’ mis fotos, decidimos regresar rápidamente a ese sitio para que tome unas imágenes más, ya que quería llevarlas de recuerdo para mostrar a mis nietos y, a final de cuentas, era nuestro paso ese sitio. El caso es que tomé las fotos y por curiosidad decidí abrir de nuevo la puertecita y checar (como niño cuando va a buscar el juguete de Santa Claus) si ya había respuesta a mis preguntas, así que abrí la bolsita y doblado junto con mi papelito había una hoja que decía que sí era real y que ese mismo año (2012) tendría yo un nieto varón.
«Lo que pasó después de eso, sé que muchos podrán decir que fue una casualidad o una broma, pero justo a los dos meses me llamó mi hijo para decirme que su esposa estaba embarazada; de hecho, no fue planeado, pues ya tenían dos hijos y no planeaban tener otro, y poco tiempo después me llamaron de nuevo para decirme que sería varón. ¿Cómo lo supo el duende?
«Como dato curioso, y debido a que en esa ciudad hace mucho frío en invierno e incluso cae nieve, para esas épocas se cierra por completo la puerta y alguien -no sé quien- pone un letrero en el que se menciona que el elfo, debido al frío, se ‘ha trasladado a su castillo en el este’ y abre de nuevo en la primavera».
