Enigmas: El caso de la muñeca japonesa poseída

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Jorge Moreno/De Peso
MÉRIDA, Yuc.- La historia de la muñeca “Okiku” comenzó en 1918, cuando un joven de 17 años llamado Eikichi Suzuki compró una muñeca a su hermana Kikuko, de 2 años, como recuerdo durante su visita a una expo en su país. La muñeca media unos 40 cm de alto y vestía con un kimono tradicional. Sus ojos parecían perlas negras dentro de una cara blanca de porcelana hiperrealista y con un pelo negro hasta el hombro, de corte tradicional.

La niña disfrutaba con su nueva muñeca y jugaba con ella todos los días, incluso le puso un nombre: Okiku. Los dos eran inseparables, iban juntas a todas partes hasta que la tragedia llegó a la familia. La pequeña de la casa se puso muy enferma y murió al poco tiempo debido a complicaciones con la gripe y la fiebre. En memoria de su pequeña hija, la familia colocó su amada muñeca Okiku en un altar.

Pero no pasó mucho tiempo hasta que la desconsolada familia comenzara a notar algo extraño en la casa. El pelo negro azabache de la muñeca, que había sido recortado hasta los hombros con un estilo tradicional, comenzó a crecer y a despeinarse misteriosamente. En poco tiempo, el pelo había crecido hasta las rodillas de la muñeca, lo que causó que la familia creyera que el espíritu de Kikuko estaba de alguna manera en la muñeca. Incluso, cuando volvieron a cortar el pelo de la muñeca, éste volvía a crecer inexplicablemente y siempre parándose en las rodillas.

Al templo

Debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, la familia Suzuki decidió mudarse y aunque creían que el espíritu de su hija se encontraba en el interior de la muñeca, no estaban dispuestos a llevársela con ellos, por lo que decidieron llevarla al templo Mannenji, en la ciudad de Iwamizawa, Japón.

La familia explicó al sacerdote del templo las cualidades sobrenaturales de la muñeca y aún así aceptó cuidar de la muñeca. Todos los monjes del templo comprobaron con sus propios ojos cómo el pelo de la muñeca seguía creciendo. Cortar el pelo a la muñeca se convirtió como una tarea habitual en el templo, y los monjes colgaban como adorno las fotografías de la muñeca con el pelo de diferentes medidas.

Al día de hoy, la muñeca continúa en el templo Mannenji, custodiada dentro de una modesta caja de madera, y su pelo sigue creciendo. La muñeca embrujada Okiku es conocida en todo Japón, una historia que con el paso del tiempo se convirtió en novelas, películas u obras de teatro.

Al día de hoy no está claro el por qué del inusual crecimiento del cabello en la muñeca Okiku. Nadie ha sido realmente capaz de explicar cómo puede ser que su cabello siga creciendo de manera ininterrumpida durante casi un siglo. Muchos son los científicos que han analizado las muestras de pelo de la muñeca Okiku, determinando que el pelo es de origen humano, pero nadie tiene una explicación científica para este fenómeno.

Por ese motivo mucha gente piensa que este ser tiene algo que ver con lo paranormal, ya que no existe alguna explicación lógica.

Llegará a Mérida

Por el momento, cualquier persona que desee ver a la muñeca poseída Okiku lo puede hacer en el templo Mannenji. Continúa en su caja, vestida con su kimono, con su pelo creciendo continuamente, y con la mirada fija en todos los visitantes; y por primera vez, saldrá de su país natal con rumbo al Museo Paranormal de Mérida, en donde será exhibida por un breve tiempo a partir del 27 de octubre, en la nueva temporada del museo, único en su tipo en Latinoamérica. Pronto te daremos todos los detalles.

 

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