Celia V. Franco C./De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Tic, toc, tic, toc… el reloj ya comenzó la cuenta regresiva. Hasta hace una semana la tracalada que aspira a obtener una candidatura aseguraba que el tiempo todavía jugaba a su favor, ahora saben que es solo cuestión de unos pocos días para que comience el desfile de lágrimas (unos de felicidad y otros de tristeza). La decisión está tomada sólo se guardan las formas.
Y es igual en cualquier partido político, el único espacio que todavía puede variar de nombre es para quienes buscarán la gubernatura, ya que esos amarres no sólo se hacen en el estado, sino que tiene que contar con la bendición de la cúpula nacional; eso lo hace un poco más tardado, pero en cuanto a alcaldías y diputaciones, no se hagan bolas (como dijo algún personaje): los nombres ya están palomeados.
Esos tiempos en donde realmente se consideraba a los actores por sus capacidades y desempeños han quedado atrás. En el PAN, por ejemplo, la mayoría de las veces se buscaban hombres y mujeres que tuvieran perfiles combatientes, confiables, que la gente los conociera y se reconociera en ellos, líderes a seguir, no personas perfectas, pues esas no existen, pero sí modelos inspiradores.
Hablamos tal vez de hace unos 10 años o más, cuando a Luis Montoya se le fue Ana Rosa y comenzó la maravillosa tradición panista de desertar si no son tomados en cuenta y enfrente, los priístas con aquel joven Nerito, llevaron a la gubernatura a la candidata “más verde”.
Quienes querían ser candidatos a diputados trabajaban desde siempre con las estructuras, no les brotaba el amor en los meses cercanos a las decisiones, los militantes tenían voz y voto; si no cumplían con las expectativas, simplemente no tenían probabilidades.
En cambio ahora alzan la mano sujetos con problemas no solo personales sino también acusados de corrupción y que demuestran que al tener un cargo público sólo lo utilizarán para cobrar una buena lana sin importarles mejorar la vida de los meridanos, que no han trabajo en el campo y que no cuentan con el respaldo de la militancia.
¿Pero qué se puede esperar si quien dirige el Comité Directivo Municipal de ese partido político es otro chavo que perdió la perspectiva cuando tuvo un poco de poder? Como se decía en mis épocas de juventud: se subió a un ladrillo y se mareó. Perdió el piso muy rápido, desenfundó la espada y cortó cabezas a diestra y siniestra, incluyendo amistades que le ofrecieron mucho.
Contrastando con su presidente estatal, quien con el paso de los años se ha asentado, ha encarrilado su vida sin perder su personalidad, de ser lo opuesto del perfil panucho, “Pacito” se ha convertido en una bocanada de aire fresco, con los valores que tanto pregonan en ese instituto político.
Los candidatos en los partido políticos más grandes (PRI y PAN) serán elegidos por designación, así que los dirigentes ya consultaron y cabildearon cuáles serán las alianzas a seguir. Es por eso que los próximos candidatos ya fueron elegidos. En esta ocasión, la política no es de tiempos (como dicen los grillos) sino de conveniencia copular.
