Celia V. Franco C./De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- ¿Ahora qué van a hacer? ¿Se acuerdan de esas épocas en las que el PRI tenía hasta para elegir? Pues ahora es todo lo contrario, perdieron absolutamente todo, lo único que les queda es el Congreso del Estado en donde son mayoría pero aún así, para acomodar a alguien, el mero mero debe tener la aprobación de las demás fuerzas políticas.
Y es que están metidos en un gran aprieto, pues lo más lógico y justo es que el nuevo gobierno cuando asuma el control haga limpieza, por lo menos de las cabezas y cuerpos medios porque los trabajadores en realidad solo se limitan a cumplir con su chamba y recibir órdenes.
Los que hasta hoy mandan en Palacio hace semanas que hicieron sus maletas y las sacaron de sus oficinas para que no quede rastro de lo ahí acontecido y se han dedicado a apuntalar sus negocios, así cuando llegue la hora de dejar sus despachos tengan una entrada segura.
Pero los que han talacheado en puestos de confianza, esos que no ganan mal pero que tampoco reciben una quincena para que les alcance a poner algún negocio propio, son los que ahora están comiéndose las uñas, rezando para encontrar algo a donde emigrar el 1 de octubre.
Dicen que de acuerdo al pecado es la penitencia y durante seis años muchos pecaron de soberbia, creyeron que su líder moral pondría primero sus necesidades a las propias; deben de estar decepcionados y conforme pase el tiempo y se enteren de muchos detalles, lo estarán más.
Pero no solo habrá muchos jefes, directores y coordinadores desempleados, sino que también dejan muchos pendientes en casi todas las áreas. No nos vayamos lejos, hoy hay cientos de mujeres pidiendo que no se cierre el programa de educación inicial no escolarizada, pues beneficia a las comunidades en donde se desarrollan.
Hay miles de maestros exigiendo que se les trate de acuerdo a sus resultados, pero en cambio se dieron las últimas plazas a los hijos, primos, sobrinos o compadres de los que tienen el poder. No es algo que supongamos, son hechos denunciados, expuestos a la luz pública por las víctimas.
Los que se van solo están esperando el out 27 para apagarse e irse, no les importará lo que dejan atrás, el lío es de los que vienen. El problema es que los que saldrán ponchados son los de en medio.
