Como si fuera ayer… : ¿Decir o hacer?

InicioEspecialesComo si fuera ayer… : ¿Decir o hacer?

Celia Franco/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Hay quienes dicen que lo que aquí se hace, aquí se paga; otro tanto creen en la vida después de la muerte y la mayoría piensa que al morir se irán al cielo o al infierno, peor aún, aquellos que han sido tibios en sus acciones se quedarán en el purgatorio queriendo ser parte del ejército angelical y, por supuesto, también están los que no creen en nada.

Seguramente por eso, hasta la fecha se sigue la tradición de no comer carnes rojas los viernes de Cuaresma, hacer algún sacrificio, acudir a misa y dar diezmo cuando corresponde. Son las normas dictadas y es el camino trazado para todo aquel quiere llegar al cielo.

Hoy es viernes y seguro en la mayoría de las casas se comerá huevito en alguna de sus 20 mil combinaciones… ¡yomi yomi! Quien tenga un poco más de dinerito cocinará, tal vez, brazo de reina o holoches, tal vez pescado o papadzules, sopita de verduras con tortilla de huevo o sopa negra; en alguna se lucirán con empanadas de queso.

La verdad es que la gastronomía yucateca es tan vasta que cubre los lineamientos de cualquier religión que se practique y de las carteras de cada familia, lo único que se necesita es ingenio y el recetario de la abuela.

Así que no comer carne para un yucateco no es ningún sacrificio; sin embargo, aquellos que se ocupan por cumplir con la Cuaresma y conocen el significado de ella, no sólo cuidan lo que comen sino también lo que hacen. Tal vez todos deberíamos aprender de ellos, que cada vez son menos.

¿De qué sirve guardar ayuno el viernes, si el sábado se va a comer o cenar a un restaurante de esos carítzimos en donde las cuentas llegan a las cuatro cifras? Al final, como todo en la vida, se trata de congruencia.

Conozco a alguien y seguramente usted también, que durante la temporada de Cuaresma promete no tomar ni una sola cerveza y lo cumple, pero el Domingo de Resurrección comienza a ponerse al día de lo todo lo atrasado. No se trata de eso.

La cuestión es que si hago un compromiso, conmigo, con el Altísimo, con mi familia o con quien sea, ponga mi mejor esfuerzo para cumplirlo, no siempre podré lograrlo pero la intención me acercará más al éxito.

El tropiezo me servirá de experiencia. Y lo más importante sembraré en mis hijos que si perseveras, tarde o temprano lograrás lo que quieres, no la hipocresía de hacer algo por obligación para luego volver a lo que me gusta, aunque eso no sea lo mejor para mí.

Hay que recordar que muchos de nuestros comportamientos los aprendemos cuando niños, vemos e imitamos a nuestros padres, abuelos, tías y primos, los imitamos; es lo más normal, son nuestras raíces, por eso que la primera personalidad la tomamos de nuestra familia.

Conforme crecemos vamos entendiendo que no somos igual a nadie, que tenemos gustos y preferencias diferentes a nuestros familiares, buscamos un punto en el que seamos felices con lo que somos, no podemos deshacernos de la educación que nos dieron de pequeños, eso nos da fuerza y estabilidad; pero ahora nuestra personalidad depende solo de cada uno.

No sé cuál sea su pensar, ni qué religión profese, lo importante es recordar que siempre hay alguien mirándonos que nos imitará, por eso más importante de decir o hacer lo que hacen todos resulta más útil ser congruentes.

Síguenos en

Síguenos en nuestro canal

- Publicidad -

LO MÁS LEÍDO

El ‘Héroe’ de la chocadera

El ‘Héroe’ de la chocadera

El pestañazo del conductor de una camioneta dejó como saldo tres vehículos dañados, incluyendo el del causante, en el fraccionamiento Los Héroes.