Freddy Heredia Durán/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- La persecución, encarcelamientos, extradición y muertes de algunos capos del narcotráfico han traído como consecuencia la expansión de bandas delictivas, células y grupos criminales que atentan contra la población civil.
Hay que dejar en claro que una organización criminal no es sinónimo de crimen organizado; la organización criminal tiene una estructura definida y cierto nivel de sofisticación para cometer delitos y el crimen organizado tiene una estructura y una organización jerárquica y existe una continuidad en el mando.
La mayoría de los cárteles tradicionales son integrados por familiares, ya que se facilita más fidelidad, confianza, lealtad y complicidad; en el caso del Cártel del Golfo, que surgió a finales de los años ochentas, su primer líder es Juan García Abrego, quien fue apresado en 1996; luego su lugar lo ocupa Oscar Malherbe, detenido en febrero de 1997; siguen en el liderazgo Osiel Cárdenas y Salvador «Chava» Gómez.
Esta dupla tenía la protección del gobernador Manuel Cavazos Lerma, de Tamaulipas.
En 1999, Osiel asesina a “Chava” para quedarse como único líder y así se ganó el mote del “mata amigos», contando con el respaldo del nuevo mandatario Tomas Yarrington (detenido en Italia después de estar prófugo cinco años).
Osiel Cárdenas es quien expande el Cártel del Golfo ya que para entonces, preocupado por su seguridad, contrata en 1998 al ex teniente en el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), Arturo Guzmán Decena, el “Z1”.
Siendo presidente municipal de Reynosa, el actual gobernador del PAN, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, le autorizó a Osiel Cárdenas la ocupación del estadio de béisbol para que realizara su festejo del Día del Niño.
Osiel Cárdenas en 2003 es apresado, pero sigue manejando la organización desde el reclusorio y deja el liderazgo a su hermano Ezequiel Cárdenas, «Tony Tormentas», y a su amigo Eduardo Costilla, «El Coss».
Una característica del Cártel del Golfo es la existencia de liderazgos sin relaciones familiares, múltiples, efímeros, conflictivos y violentos.
Para reforzar el Cártel del Golfo, el “Z1” incorpora a más de 50 GAFES; para 2003 ya eran más de 300 Zetas, que fueron el primer grupo paramilitar brazo armado de un cártel. En 2010 viene la ruptura entre el Cártel del Golfo y los Zetas; el entonces gobernador del PRI, Eugenio Hernández, apoya a los dos grupos.
Viene el cambio de gobierno y el PRI designa a Rodolfo Torres Cantú, quien recibió 4.5 millones de pesos de los Zetas, motivo por el cual fue asesinado por el Cártel del Golfo.
Luego designan a su hermano Egidio Torres, quien deja un estado convulsionado y los dos cárteles se convirtieron en varias bandas delictivas.
Antes de su muerte, el narco Juan Manuel Loisa Salinas coloca una narcomanta en Reynosa, donde acusa al gobernador panista García Cabeza de Vaca de haber recibido apoyos del Cártel del Golfo por conducto de su hermano José Manuel.
