Redacción/De Peso
CHETUMAL, Q. Roo.- José Manuel Gómez Tun lleva más de 10 años padeciendo diabetes mellitus, y con ello, una neuropatía diabética que le impide trabajar y por ello pide a la sociedad, y al gobierno, ayuda con fardos de láminas para reparar el techo de su jacal, situada en la colonia Proterritorio, pues con las lluvias “llueve más adentro que afuera”.
En un recorrido ‘De Peso-cial’ por la calle Celul entre 30 de Noviembre y Guillermo López de Vega, topamos con la vivienda de don Chepo Manuel, quien no estaba porque lleva una semana en el Hospital General por su diabetes.
Su esposa Zenobia Poot Noh nos platicó que su casa, construida con madera y láminas de cartón, hace mucho que se dañó, por lo que les regalaron una lona con la cual cubrieron el frente, pero del otro lado comenzó a romperse y cuando llueve, el agua se filtra a chorros.
Con láminas usadas, que le regalaron, construyeron un tinglado donde improvisaron la cocina, aunque también lo usan como dormitorio, no cuenta con paredes, solo el cerco del frente, pero no han podido mejorar la vivienda debido a que ella es el único sostén de la familia, ya que su esposo, por su enfermedad, no puede laborar en nada.
Su hijo Francisco Manuel Gómez Tun, de 20 años, quien usa una prótesis debido a que perdió la pierna derecha, aporta lo poco que gana vendiendo micheladas, que no es mucho, pero les ayuda a comprar alimentos y lo más indispensable.
Su esposo tiene una de las diabetes más mortales, que de a poco lo va debilitando; desde hace más de 10 años le diagnosticaron neuropatía diabética, la cual afecta con mayor frecuencia las piernas y los pies; para algunas personas los síntomas son leves, para otras, pueden ser dolorosos, debilitantes y hasta mortales; actualmente, está internado en el Hospital General en espera de saber si será operado, ya que presenta ampollas; aunque tiene Seguro Popular, en ocasiones no cubre los medicamentos, ya que son caros, por lo que José Manuel sale a pedir apoyo cuando no está hospitalizado, para comprar sus medicinas.
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Por ello, Zenobia pide a la población y al gobierno que la ayuden a reparar el techo de su casa, el cual ya tiene enormes agujeros, y aunque llueva, ellos duermen ahí, pues no tienen a dónde ir, y en esta temporada de lluvia se las ven muy negras.
