Un puñal arruinó su carrera

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Gunter Parche, un fanático del tenis, se acercó a Monica Seles para decirle algo. Le clavó un cuchillo de manera poco profunda.

Grandes Traumas y éxitos del deporte

Alberto Basto Avilés/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- A principios de los noventa, una adolescente de origen yugoslavo comenzó a batirse a todas en el circuito profesional del tenis femenino. Torneo que jugaba, lo ganaba. A sus 20 años, había terminado en primer sitio en 1991 y 1992 de los rankings y era la única que podía detener a la alemana Steffi Graf. Monica Seles estaba destinada a ser la reina del deporte blanco.

El 30 de abril de 1993 será un día que Seles nunca olvidará. En el torneo de Hamburgo, cientos de personas observaban el duelo. En el partido contra la búlgara Magdalena Maleeva, mientras descansaba en un asiento Seles se quejó de un piquetín en la espalda. Gunter Parche, un aficionado loco, fanático a morir de Steffi Graf, le clavó un arma. Estuvo a cinco centímetros de llegar a la espina dorsal, hecho que pudo haberla dejado sin caminar.

¿El arma? Un cuchillo de 23 centímetros de longitud. Seles tuvo que sentarse y fue auxiliada por personal del torneo. El omóplato derecho fue la parte del cuerpo de la tenista que resintió el ataque. Al momento, la seguridad del torneo y hasta aficionados se le fue encima al agresor. El juego, que estaba 6-4 y 4-3 a favor de Seles, tuvo que ser suspendido. Maleeva, la rival que iba perdiendo los cuartos de final del torneo, avanzó a la siguiente ronda.

Al desequilibrado mental se le acusó de intentar asesinar a la tenista. Al momento de su arresto, Parche tenía, además de un poco de lana para sus gastos personales, un boleto para el torneo de Roma, la siguiente competición en el calendario de Seles. El tipo estaba obsesionado con atacar a la tenista del momento, para que su amada Steffi Graf ocupara el primer sitio del ranking de nuevo, lo que finalmente ocurrió. Finalmente, al agresor se le declaró incapacidad psíquica, recibiendo 2 años de libertad condicional como castigo.

La WTP (Womens Tennis Professional Asociation), preguntó a sus jugadoras que si estaban de acuerdo en que Monica conservara el número uno del mundo hasta que regresara a las canchas. Para su desgracia, ninguna tenista dijo que sí. La argentina Gabriela Sabatini fue la única que al menos tuvo una opinión diferente, se abstuvo. Aún así, la Asociación decidió otorgarle el número uno al momento de su regreso, igualada con Graf.

 

El regreso

Monica no volvería al profesionalismo hasta el mes de agosto de 1995, 28 meses después de haber sido apuñalada. Sin embargo, Monica nunca fue la misma. Luego del incidente, Seles nunca más volvió a jugar en Alemania. En 1996 ganó el Abierto de Australia. Y de ahí no volvió a ganar otro título de los llamados “grandes”. Todavía en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 lograría la medalla de bronce.

En 2003 jugó su último encuentro oficial y hasta 2005 anunció oficialmente su retiro. Ahora está casada y se dedica a otros menesteres. Se dice que de no haber sido acuchillada hubiera logrado al menos el doble de los 9 Grand Slams que ganó en su carrera. ¿Qué habría sido de Seles de no haber recibido el cuchillo por la espalda?

 

 

 

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