Redacción De Peso
MÉRIDA, Yuc.- Quién le iba a decir a la señora María Agustina Bacab que ayer a la una de la mañana sería la última vez que hablaría con su hijo Julio Albert Cocom Bacab.
Nueve horas más tarde lo descubrió ahorcado y sin vida en una de las habitaciones del predio donde vivían, en la calle 21 con 16 y 18 de Dzununcán, comisaría de Mérida.
Según se averiguó, el hoy occiso, a pesar de ser tan joven, padecía diabetes y cáncer de colon, por lo cual sufría mucho y constantemente le decía a sus familiares que ya no aguantaba sus enfermedades y que pronto moriría.
La nota completa la podrá encontrar en la edición a papel de este martes.
