Redacción/De Peso
CANCÚN, Q. Roo.- Luego de darse en todita su ‘mandarina’, un motociclista dejó abandonado su ‘corcel’ de acero bien escondido, pensando que podía engañar a los ‘tranchos’; pero como siempre, no faltó quien le pusiera el dedo y diera pelos y señales a los ‘tamarindos’ de dónde podían encontrar la moto.
Todo el ‘chou’ ocurrió sobre la calle 135, a la altura de Residencial Villa Marino, a eso de las 12:40 de la madrugada de ayer, cuando al número de emergencias 911 reportaron una aparatosa volcadura, lo cual movilizó de inmediato a los agentes de Tránsito.
En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en el sitio el ‘gurú’ de los accidentes, es decir el perito, con su inseparable grúa, pero nomás no encontraban la volcadura, hasta que un chismoso le hizo señas, y esta vez no eran obscenas.
Era para informarle que entre la maleza, así como si nada hubiese pasado, estaba una moto Yamaha deportiva, lámina C34ZU, y que clarito vio con esos ojos que se han de comer los gusanos cómo su conductor derrapó e intento volver a manejarla, pero como tenía el manubrio doblado la estacionó a un costado de la vía y se dio a la fuga a bordo de un taxi, con el ‘puerquecito’ bien raspado.
Ante tal situación, el perito tomó un buen de fotos y posteriormente trepó el vehículo a la grúa, para trasladarlo al corralón en espera de que aparezca el propietario.
